FundaciĆ³n Artemisan denuncia un Ā«exceso de proteccionismoĀ» legal que pone Ā«en grave riesgo de incendios los espacios protegidosĀ»
Debido a la prohibiciĆ³n de ejercer labores de prevenciĆ³n realizadas por parte de agricultores, ganaderos, cazadores, propietarios de fincas y otros agentes del mundo rural
El Ā«exceso de proteccionismoĀ» en la LegislaciĆ³n ambiental ha situado en una posiciĆ³n de Ā«grave riesgo de incendiosĀ» a los espacios protegidos de EspaƱa, debido a la prohibiciĆ³n de ejercer labores de prevenciĆ³n que se han realizado a lo largo de los siglos por parte de agricultores, ganaderos, cazadores, propietarios de fincas y otros agentes del mundo rural.
AsĆ lo denunciĆ³ este lunes la FundaciĆ³n Artemisan, quien destacĆ³ que en EspaƱa el 25 % del territorio estĆ” declarado Espacio Natural Protegido y que determinadas corrientes de pensamiento Ā«han promovido la idea de que la protecciĆ³n absoluta y la ausencia de uso y aprovechamiento de los recursos naturales es la mejor manera de garantizar su conservaciĆ³nĀ».
SeƱalĆ³ que parte del problema radica en que los planes de gestiĆ³n de espacios naturales protegidos como Parques Nacionales, Parques Naturales, Reservas, Red Natura 2.000, entre otros, Ā«impiden realizar labores de prevenciĆ³n de incendiosĀ» por un exceso de proteccionismo y burocracia que impide, en muchas ocasiones, no solo agilizarlas, sino incluso ejecutarlas.
A su juicio, las administraciones competentes Ā«ponen en riesgo el presente y el futuro de la conservaciĆ³n del medio natural, especialmente en un momento de alto riesgo por temperaturas extremas y sequĆa como el actualĀ».
Como ejemplo recordĆ³ el incendio que se declarĆ³ el aƱo pasado en el Parque Nacional de MonfragĆ¼e, en Extremadura, que afectĆ³ a cerca de 400 hectĆ”reas del propio parque, asĆ como a una veintena de nidos de buitre negro, especie protegida, y calcinĆ³ tambiĆ©n 2.356 hectĆ”reas de Zonas de Especial ProtecciĆ³n para las Aves (ZEPA).
La FundaciĆ³n Artemisan seƱalĆ³ que la correcta gestiĆ³n del territorio es vital para evitar este tipo de catĆ”strofes medioambientales, especialmente en zonas de alto valor, lo que pasa por recuperar las actividades tradicionales del medio que han venido, durante siglos, previniendo incendios y evitando el despoblamiento del mundo rural.
AfirmĆ³ que el abandono del mundo rural y del medio agrĆcola es Ā«un caldo de cultivo perfecto para la generaciĆ³n de grandes incendios, sumado a la prohibiciĆ³n de acciones como la caza, que eran fuente de riqueza en la zona y que ayudaban a conservar y mantener el medioambiente en la zonaĀ».
AƱadiĆ³ que la legislaciĆ³n actual hace que limpiezas, resalveos, podas y quemas controladas, que son imprescindibles para evitar fuegos especialmente en Ć©pocas extremas como la actual, sean Ā«inviables o, cuando menos, que se alarguen los trĆ”mites para llevarlas a cabo, lo que se ha traducido en el abandono de estos espaciosĀ».
Por ello, advirtiĆ³ de que es Ā«imprescindible repensar la polĆtica que se estĆ” llevando a cabo en las zonas protegidas del paĆs y apuesta por adaptar la normativa de los planes de gestiĆ³n, reduciendo las limitaciones y fomentando inversiones y actuaciones dentro de estos espaciosĀ».
Igualmente, pidiĆ³ Ā«reducir los periodos de estudio y tiempos de resoluciĆ³n de evaluaciĆ³n ambientalĀ» para facilitar a los propietarios de montes privados el desarrollo de acciones de prevenciĆ³n y gestiĆ³n forestal, autorizando su desarrollo mediante declaraciones responsables de cumplimiento normativo.