¿Fainé y Nin o Nin y Faine?
La ambición de los altos ejecutivos es una obviedad, en la mayoría de los casos no hubieran logrado ascender en sus organizaciones sin esa condición y un profundo ego. Y, justamente, los egos acostumbran a ser difìciles de administrar en cualquier organización. Incluido, claro está, el emporio económico catalán por excelencia: La Caixa.
Todo está preparado para que en julio La Caixa empiece a cotizar en bolsa bajo la denominación Caixabank en vez de la actual Criteria y ya con todo el negocio financiero en sus entrañas. Tan preparado que la organización ha distribuido el papel del presidente, Isidro Fainé, y del vicepresidente, Juan María Nin, en esa jornada de debut. El primero se desplazará a Madrid para atender a la prensa de la capital y desde la Bolsa de Madrid dar el pistoletazo de salida al nuevo banco. El segundo tiene reservado ese mismo papel en Barcelona, desde la sede del parquet bursátil que dirige Joan Hortalà.
La cuestión no tendría más importancia sino fuera por que los egos afloran. Esa distribución de papeles fue justo el que se hizo con la salida a bolsa de Criteria: presidente, a la capital; director general a atender lo local.
A Nin no le gusta eso. Es más, le gusta Madrid donde hizo una brillante carrera. Quedar reservado a administrar el patio local no es una de sus principales ambiciones. Pero la suerte está echada. Tendrá interés ver cómo comunica la entidad el esperado evento para evitar que se hieran más sensibilidades e impedir que se produzcan nuevos rasguños…