El plebiscito divide en dos a Cataluña
El 'no' se impone muy claramente en la mayoría de grandes ciudades mientras el 'sí' se hace fuerte en el área rural
Las elecciones catalanas de este 27S han evidenciado que el voto independentista no es mayoritario, aunque la sociedad catalana está muy dividida. Y todo ello se ha puesto de manifiesto cuando el llamado «cinturón rojo» de Barcelona, cada vez más naranja, se ha lanzado a votar como si fueran unas generales. El carácter plebiscitario que han tomado las elecciones ha provocado esta movilización.
Las dos opciones independentistas suman más de 70 escaños, superando los 68 que marcan la mayoría absoluta. Pero apenas llegan al 48% de los votos, a pesar de que ganan en las cuatro provincias. Sin embargo, los datos por poblaciones ofrecen datos muy claros.
El área metropolitana, totalmente en contra
En l’Hospitalet de Llobregat, segunda ciudad de Cataluña y gran bastión socialista, el independentismo no llega al 25% y Junts pel sí es tercera fuerza. En la tercera ciudad de Cataluña, Badalona, la participación se ha disparado especialmente. A pesar de que la lista de Mas es la más votada, el independentismo no llega al tercio de la población.
En Sabadell y Terrassa, capitales del Vallès Occidental y ciudades muy importantes del área metropolitana, el independentismo se sitúa alrededor del 40%. En Santa Coloma de Gramenet, otro de los bastiones socialistas, los cuatro partidos más votados son unionistas y Junts pel sí y la CUP no llegan al 20% de los votos.
En el Baix Llobregat, comarca en la que Oriol Junqueras es alcalde (de Sant VIcenç dels Horts), ni un tercio de la población ha votado opciones independentistas. En El Prat, C’s y el PSC son los partidos más votados, mientras Junts pel sí y la CUP están en el 25%. En Cornellà superan ligeramente el 20%.
También en Tarragona
Además del área metropolitana, hay otras ciudades en las que el independentismo no llega a la población que esperaba. Es el caso de Tarragona, donde Junts pel sí gana pero, con la CUP, apenas suma el 35% de los votos.
Si el no gana claramente en la mayoría de las grandes ciudades, el sí ha resistido en la ciudad de Barcelona, a pesar de que no llega a la mitad de los votos, y ha ganado también en muchas comarcas de interior, sobretodo de Girona y Lleida, donde ha arrasado. Lo que han mostrado estas elecciones es que la vieja división entre la Cataluña industrial, la del extrarradio de Barcelona, y la rural es más vigente que nunca con una alta participación.