El joven de 20 años que cautivó a la ingeniería alemana
Un alumno de la UPC gana el concurso de diseño para el futuro Seat Ibiza
Se presentaron 230 proyectos, muchos de ellos de diseñadores profesionales, pero ganó él, un estudiante de 20 años de la Escuela de Ingeniería de Terrassa (UPC). Jan Freixa, vecino de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), ha ganado el concurso de diseño del futuro Seat Ibiza. Su proyecto servirá de referencia para la quinta generación de uno de los modelos más vendidos de la compañía automovilística.
«Quería un modelo más barroco, que se alejara de la influencia del estilo alemán que está marcando el diseño de los coches de Seat por el hecho de pertenecer al grupo Volkswagen», explica el joven estudiante que ha cautivado a los ingenieros alemanes. En su centro de estudios, la Universitat Politécnica de Catalunya, definen su diseño como «deportivo, pero de líneas elegantes, que no pasan de moda».
Cambio radical
Es este un matiz importante también para Freixa. «Tenía que buscar unas líneas que perduraran en el tiempo y que fuera un diseño agradable a la vista, pero que tuviera un aire deportivo”, explica. Porque, en realidad, su propuesta se inspira en el Seat Ibiza primigenio, recuperando parte de su horizontalidad y la rectitud de aquel modelo.
En conjunto, supone un cambio de calado respecto a los últimos diseños del coche. En Seat matizan el éxito. El prototipo diseñado por Freixa puede ser muy diferente al próximo Ibiza que circule por las carreteras ya que «el diseño de un vehículo depende de muchos factores», aunque podrían tenerse en cuenta algunos de sus conceptos, apuntó la compañía.
Pese a todo, Alejandro Mesonero, director de diseño de la empresa, reconoció que la propuesta del estudiante es «muy profesional, con un coche prácticamente terminado. A partir del diseño de Jan se podría construir una maqueta, ya que en su trabajo aporta toda la información necesaria». Definitivamente, un éxito.
Mes y medio de trabajo
El diseño del joven Freixa, más anguloso y horizontal, se impuso en el concurso convocado por Seat y la revista Auto Bild. El estudiante invirtió mes y medio en la elaboración del proyecto. Además de modificar sustancialmente la llamada “línea de carácter” del coche, propuso innovaciones como cubrir con material plástico una parte del vehículo.
Modificó la parte frontal dotándola de mayor profundidad y agujereando el polígono donde se incluye el logotipo. Amplió la distancia entre las luces traseras y, en general, hizo que el coche se pareciera más a una arquitectura románica que a una catedral gótica. “Es más masculino”, dice Freixa.
Un premio, muchos deseos
Tras el trabajo y los laureles, el estudiante piensa ahora en lo que ha significado ganar este concurso, cuya repercusión en el futuro modelo de Seat está por definir. «Me gustaría que sirviera también para que otros jóvenes como yo se animen a estudiar Diseño Industrial y para que mis compañeros de la Escuela de Ingeniería de Terrassa se animen a presentar propuestas y a emprender sus propios proyectos», confiesa.