Una de las especialidades de más aceptación de la cocina china son sus empanadillas. El restaurante Shanghai, probablemente el mejor chino de Barcelona, las hace muy bien. Y desde hace unos meses ha puesto en marcha una franquicia dedicada a cultivarlas.
La familia Kao ha situado al frente del local a Meilan Kao, nieta del fundador de la saga de estos chinos catalanizados e hija de Josep Maria Kao, responsable del Shanghai junto a su hermano Lluís, el somelier.
El nuevo establecimiento se llama Dim Sum Kao, algo así como las empanadillas de Kao. Se trata de un producto que recibe distintos nombres en Asia y que además no siempre se confecciona de la misma forma.
Tres tipos
Para empezar, hay tres tipos de dim sum. Las que se fríen, que son crujientes, como las nuestras, las hervidas y las que se hacen al vapor. Además, la pasta puede estar hecha de trigo o de maíz. Los rellenos son muy variables, como las salsas de acompañamiento.
El nuevo Kao, muy próximo a su hermano mayor, tiene un ambiente muy informal que incluye una barra.
Ofrece un menú de mediodía al módico precio de 15 euros, bebida y café incluidos, pero no deja de ser algo más que un aperitivo. Los platos que incluye son más parecidos a una tapa que a una ración.
La carta no es excesivamente larga e invita al picoteo; a la degustación. Y entonces la cuenta se pone al mismo nivel que la del Shanghai. Pagamos 45 euros por persona habiendo bebido una caña Damm y una copa de blanco Fenomenal, que sirven desde botellas magnum. Curiosamente, y pese a tener una gran cava acristalada al fondo del local, cuando preguntamos por vinos blancos nos ofrecieron directamente este verdejo.
Repaso
Nos salió tan caro porque nos dejamos llevar por las amables sugerencias de la camarera, que nos guió por el laberinto de los dumpings, con algunas propuestas adicionales muy genuinas, como el bikini de pato frito. Mientras ella nos proponía los platos, la resuelta Meilan nos instruía sobre cómo debíamos comerlos y con qué salsas.
Se puede decir que en una sola visita dimos un repaso completo a la oferta de Dim Sum Kao, incluidos los rollos de plátano y chocolate de postre. No solo comimos los tres tipos de dumpings, sino que probamos las excelentes costillas de cerdo asadas, la pechuga de pollo rebozada y el rollo vietnamita, con menta y envuelto en una hoja de lechuga trocadero.
Satisfactorio, algo carete y de buena factura en los fogones. Todo estaba en su punto si exceptuamos los fideos, algo secos, como le pasó al pato frito. La coordinación entre la cocina y la sala está lograda. Sirvieron un café Nespresso caliente y ristretto, en su justa medida.