El engendro de la Sociedad Pública de Alquiler sigue perdiendo dinero del contribuyente

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La Sociedad Pública de Alquiler (SPA) entró en proceso de liquidación en febrero de 2012, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy acordó disolver la empresa, visto su fracaso en el propalado objetivo de reanimar el mercado del alquiler de vivienda.

Casi tres años después de decretarse la defunción, el proceso de enterramiento todavía no ha concluido y la dichosa SPA sigue costando dinero a los contribuyentes. En 2012, cuando el liquidador ya estaba trabajando a marchas forzadas, las pérdidas sumaron 6,9 millones de euros, con unos ingresos menguantes de 3,6 millones. En 2013, dada su inactividad, ya no generó ingreso alguno, pero sí contabilizó un déficit de 890.000 euros.

La SPA se constituyó en 2005 por iniciativa de José Luis Rodríguez Zapatero y la ministra de Vivienda María Antonia Trujillo. La entidad nació coja y con unas perspectivas de negocio muy limitadas, pues las competencias en materia de vivienda están transferidas a las comunidades autónomas.

Durante los siete años escasos que estuvo funcionando, su actividad se limitó a intermediar 19.934 contratos de alquiler entre arrendadores y arrendatarios. En dicho periodo, la cifra de negocio acumulada ascendió a 54 millones y las pérdidas exactamente el mismo importe, 54 millones. Por cada uno de los contratos suscritos por la sociedad de marras, el Estado encajó un quebranto de 2.708 euros.

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