El beneficio de Bon Preu-Esclat cae a la mitad
El grupo de distribución Bon Preu, con sede en Les Masies de Voltregà, registró el pasado ejercicio un beneficio consolidado de 6,3 millones de euros. Esta cantidad significa un desplome del 46% respecto de la obtenida el año anterior, que se cifró en 11,7 millones. En cambio, el flujo de caja se mantuvo en cifras muy elevadas y rebasó los 28 millones.
La cadena no contabilizaba un nivel tan bajo de ganancias desde 2006. Los excedentes de la casa tocaron la cumbre en 2011, con 25,4 millones. Desde entonces se han batido en retirada hasta hundirse el pasado ejercicio a la cota mínima de los últimos ocho años. Como en otros sectores, los márgenes de la distribución se han envilecido debido a las guerras de precios y al impulso de las marcas blancas.
Lo que no muestra signos de desfallecimiento son las ventas de la firma, que experimentan sólidos progresos. Las de 2014 subieron de 743 a 815 millones y casi se han doblado desde 2008. La compañía explota 156 establecimientos entre los supermercados Bon Preu y los hipermercados Esclat, así como una red de 26 gasolineras agrupadas bajo el pabellón Esclatoil.
El balance consolidado de Bon Preu refleja unos fondos propios de 146 millones de euros, una tesorería líquida de 81 millones y un pasivo bancario de 118 millones. Bon Preu pertenece a los hermanos Joan y Josep Font Fabregó, hijos de un humilde comerciante de bacalao de Torelló, que fue el iniciador del negocio.
Controlan la compañía por medio de dos sociedades de cartera, Espais d’Inversions 2005 y Baloo d’Inversions, ambas domiciliadas en la Rambla de Catalunya de Barcelona, dotadas con sendos capitales de 33 y 32 millones.
Los hermanos Font formaron parte del grupo de empresarios catalanes que tomó el control de Spanair, sirviéndose para ello de una riada de fondos públicos. La aerolínea quebró y desapareció del mapa para siempre, los 2.100 empleados fueron despedidos y los contribuyentes sufrieron un quebranto devastador.