La desinformacion sobre problemas fitosanitarios de frutas y hortalizas de paises no comunitarios perjudica al consumidor y al mercado, segĂșn el Instituto Coordenadas

"Bulos, desinformación o, en ocasiones, intereses comerciales y económicos intentan desacreditar a los empresarios españoles", afirma esta entidad

Un estante repleto de frutas y verduras. Foto: Servimedia.

Un estante repleto de frutas y verduras. Foto: Servimedia.

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Noticias como las relacionadas con fresas de Marruecos con hepatitis B o naranjas de Egipto y pimientos verdes marroquĂ­s con pesticidas generan una alarma en los consumidores que repercuten seriamente en la confianza, en las empresas importadoras y en los mercados españoles y europeos, segĂșn señalĂł este lunes el Instituto Coordenadas de Gobernanza y EconomĂ­a Aplicada.

«Bulos, desinformación o, en ocasiones, intereses comerciales y económicos que intentan desacreditar a los competidores y, no en pocas ocasiones a empresarios españoles. Ante este tipo de informaciones, todas las agencias dedicadas al control de alimentos importados en los puertos y aduanas españolas y europeas confirman que son exhaustivos y cuentan con mecanismos de seguridad que resultan efectivos, con reacción inmediata para bloquear, recoger y destruir cualquier alimento sospechoso», añadió esta entidad.

Las alertas sanitarias, que detectan habitualmente tanto la Aesan (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) en España, como la Rasff (Rapid Alert System Feed and Food) en Europa, e Infosan (Red Internacional de Autoridades de Inocuidad de los Alimentos) a nivel mundial, impiden que cualquier alimento destinado al consumo humano llegue a los mercados y en consecuencia a los consumidores si no cumplen los muy estrictos controles. Precisamente este tipo de controles y requisitos forman parte de las demandas de los agricultores y europeos, que piden incrementarlos y que se igualen a las exigencias fitosanitarias que ellos tienen que cumplir.

El caso de la fresa de Marruecos en las que se habrĂ­a detectado hepatitis B ha sido uno de los mĂĄs mediĂĄticos de los Ășltimos meses. Muchos medios y posteriormente asociaciones de agricultores se hicieron eco de la alerta publicada por el portal europeo de notificaciones sanitarias, pero no incidieron en que la notificaciĂłn se referĂ­a a un control en la frontera y que, despuĂ©s de realizar todos los controles, en ningĂșn momento esas fresas llegaron a los consumidores. Lo mismo sucediĂł con otra importaciĂłn de fresas marroquĂ­s contaminadas con norovirus, que se detectaron en la frontera y no llegaron a los mercados.

El Instituto Coordenadas sostiene que las noticias falsas se amplificaron, generando alarma injustificada, sobre todo en las redes sociales, donde se podían leer mensajes como que casi todas las fresas del mercado español «son de Marruecos y vienen con regalo incluido, heces humanas el Norovirus».

En ambos casos, y ante la alerta emitida por la Rasff y la alarma social, la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria de Marruecos (Onssa) hizo sus exåmenes y concluyó que se no había detectado hepatitis A ni Novovirus en las pruebas hechas al agua de riego y a las fresas analizadas del campo de donde salió el lote que dio positivo en esa enfermedad en un punto de entrada de España. La ONNSA realizó las investigaciones necesarias, que permitieron identificar el campo y la unidad de envasado afectados, así como rastrear el envío de fresas exportadas.

SegĂșn los datos de la RASFF las alertas sobre productos importados de Marruecos no son mĂĄs numerosas que las de otros paĂ­ses (el que mĂĄs provoca es TurquĂ­a) ni mĂĄs graves: un 36% adquieren esta categorĂ­a, pero otro tercio son calificadas como «leves» y en el resto no se especifica, comparadas por ejemplo con las de alimentos producidos en Francia, que se califican como graves en un 70%. En 2024, segĂșn la AESAN, los alimentos provenientes de Estados Unidos cuentan con el mayor nĂșmero de notificaciones por delante de Marruecos.

Mercado

Desde que se aprobaron los acuerdos de comercializaciĂłn y liberalizaciĂłn del comercio entre la UniĂłn Europea y los paĂ­ses socios del sur del MediterrĂĄneo: (Argelia, Egipto, Jordania, LĂ­bano, Marruecos y TĂșnez,) «el impacto en el sector español de frutas y hortalizas ha sido notable», afirma el Instituto Coordenadas.

«Todas las cifras reflejan un aumento de las importaciones de productos como frutas, verduras y hortalizas en la balanza comercial de nuestro paĂ­s. En 2023, segĂșn los informes de la SecretarĂ­a de Estado de Comercio, España importĂł frutas, legumbres y hortalizas por un valor un 12,1% superior al registrado el año anterior. Las exportaciones de estos mismos productos, en cambio, sĂłlo crecieron un 5,1%», agrega. Indica que un ejemplo es que «debido a la pĂ©rdida de superficie y de volumen de producciĂłn el pasado año, por primera vez en la historia, Marruecos superase a España en el mercado europeo de tomate».

SegĂșn los expertos del Instituto Coordenadas de Gobernanza y EconomĂ­a Aplicada, crear alarma social en base a las alertas sanitarias o demonizar los productos del norte de África supondrĂ­a un aumento en los precios a todos los niveles; y reducir el volumen de importaciones, ademĂĄs del descenso de la producciĂłn, que repercutirĂ­a directamente en el consumidor.

España es el primer socio comercial de Marruecos, tanto en importaciones como en exportaciones. Hasta el momento, la balanza comercial entre España y Marruecos es positiva para España. Y existe una tendencia que sitĂșa a Marruecos como destino de muchas empresas españolas vinculadas al sector primario (360 segĂșn el ICEX sin contar participadas y filiales), que deciden instalarse en el paĂ­s. Los productos siguen siendo generados por empresas españolas que se expanden a estos territorios, «donde encuentran nuevos horizontes».

El vicepresidente del instituto Coordenadas, JesĂșs SĂĄnchez LambĂĄs, señala que, «mientras las empresas españolas se enfrentan a restricciones como las derivadas de Ășltimo Plan HidrolĂłgico (hoy en los tribunales) no les queda otra opciĂłn que expandirse en estos paĂ­ses, especialmente Marruecos, donde licencian sus productos, bajo los mismos criterios rigurosos fitosanitarios, para producir lo que en España no pueden hacer por una polĂ­tica hidrĂĄulica muy cuestionable y unos costes racionales, que pueden ser asumidos por los consumidores europeos».

Lambås apela al valor de los hechos, no al de las especulaciones interesadas y destaca que «la agroindustria española es un éxito reconocido y la capacidad de producir en otros países, con rigor y calidad, forma parte de la ecuación. Otros discursos nacionalistas basados en informaciones sesgadas estån fuera de escenario. Habría que recordar que estas importantes inversiones hacen crecer el PIB español y simultåneamente, fijan población y demanda de trabajadores locales, evitando movimientos migratorios desordenados. Los productos que de esos países llegan a Europa cumplen los requerimientos mås rigurosos».

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