De Guindos y la ‘confianza ciega’ en Lehman Brothers
El nuevo ministro de Economía estaba convencido hasta minutos antes de quebrar Lehman Brothers de que eso nunca ocurriría
Septiembre de 2008. El gigante financiero Lehman Brothers se tambaleaba con un balance lleno de junk assets (basura o activos tóxicos) que le llevarían a la tumba. Era bien avanzada la tarde de un domingo y los redactores económicos de un periódico se debatían ante la incertidumbre de si acabaría cayendo Lehman o no. De ello dependía la portada del día siguiente. Aunque aún no se sabía la repercusión que una caída tendría se imaginaba que podía ser algo muy grave.
Al frente del banco de inversión en España se encontraba Luis de Guindos, el flamante nuevo ministro de Economía y Competitividad. En una reunión en Nueva York que seguían al minuto, entre otros, el entonces presidente norteamericano George W. Bush, se estaba gestando la caída del gigante con pies de barro. Las informaciones de The New York Times indicaban que Lehman quebraría, pero desde España De Guindos se encargaba de negar por activa y pasiva que aquello fuera a ocurrir. Las informaciones que le llegaban al economista decían que el Gobierno norteamericano acabaría lanzando un salvavidas de última hora al banco, algo que no ocurrió.
Como fuente bien informada que era (miembro de la empresa y representante de la misma en España), los periodistas tuvieron muy en cuenta las informaciones que De Guindos traía. Pero al final acabaron siendo erróneas. Lehman cayó, generó un colapso que no hace falta recordar y quedó claro que Guindos no había sido correctamente informado, o bien la situación cambió súbitamente.
Cuando Lehman colapsó, Luis de Guindos hubo de buscarse un nuevo empleo, que encontró no mucho después en la consultora PriceWaterhouseCoopers.