Barcelona se conjura para afianzar un modelo de turismo que priorice calidad y sostenibilidad

Esta fue una de las principales tesis de la convención anual de Turisme de Barcelona, celebrada en el Hotel Torre Melina, de Melià

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El sector turístico de Barcelona y las principales instituciones de la capital catalana se han conjurado para que el modelo de turismo de la ciudad se caracterice por una apuesta en calidad, sostenibilidad y la búsqueda de una imagen de excelencia, situando el foco en la experiencia del visitante y haciéndola compatible con el día a día de los ciudadanos.

En el marco de la convención anual de Turisme de Barcelona, esta fue una de las principales tesis que se destilaron a lo largo de cita, celebrada en el Hotel Torre Melina, de Melià, con más de 600 asistentes. Hubo consenso en que el modelo turístico de Barcelona ha sido de éxito y, precisamente por este motivo, la gran responsabilidad y reto ahora es gestionarlo con altura de miras para que la capital catalana sea sinónimo de calidad y referente en sostenibilidad a nivel europeo e internacional.

El alcalde de Barcelona y presidente del Consejo General de Turisme de Barcelona, Jaume Collboni, se mostró partidario de «reenfocar» la estrategia turística y trabajar para premiar la calidad y un mejor turismo, el respeto a la destinación y a sus vecinos, y para ello usará todas las palancas e instrumentos al alcance en favor de este modelo para evitar la masificación en ciertas zonas u otros efectos negativos.

Del mismo modo, puso en valor el modelo de gobernanza del turismo en la capital catalana, de la mano del consorcio mixto que forman el sector público y privado, que desde un primer momento se aliaron para diseñar y planificar su promoción en el mundo.

En este sentido, el presidente de Turisme de Barcelona y del Gremio de Hoteles, Jordi Clos, recordó que en Barcelona el 41% del presupuesto para promoción es público y el resto proviene del esfuerzo que hace la entidad con distintos actores empresariales del sector, mientras que en Madrid el 100% de la financiación es pública.

Turisme de Barcelona ha puesto rumbo a una nueva etapa, bajo la dirección de Mateu Hernández, y entre las prioridades figura realizar una promoción inteligente de la ciudad, basada en sus atributos y proyectos; afianzar el liderazgo en turismo de negocios, compitiendo por los mejores y grandes eventos, como la Copa Amèrica de Vela; pasar de informar y comercializar a prescribir, usando las ventajas de la digitalización y data; y aumentar, en definitiva, el orgullo de ciudad y del sector.

Barcelona, pionera en gestión

La capital catalana, a través de este modelo de gestión turística, ya tomó las riendas hace años para tratar de moldear la oferta que tiene la ciudad, que pasa por elegir al visitante y no crecer pensando en volumen. Así, ya puso límite al número de camas para turistas; puso límites a los pisos turísticos y combate los ilegales; fijó en siete el número de terminales de cruceros –que además se concentrarán en una zona más alejada dentro del puerto—y cuenta con una tasa turística que se dedica a la promoción, pero también a reinvertir en proyectos de ciudad, como la climatización de 170 escuelas.

Impacto positivo del turismo

El sector turístico es el más importante de la ciudad, representa el 14% del PIB de la ciudad y supone 155.000 puestos de trabajo. Pero más allá de las cifras, de las distintas mesas de debate de la jornada, emanó la importancia de saber explicar de forma conjunta el impacto en positivo que conlleva la actividad turística en la medida que su gestión tenga en cuenta el impacto social y medioambiental.

A modo de ejemplo, se citaron casos como el de la Fundació Catalunya La Pedrera. Su directora general, Marta Lacambra, relató que detrás de la Pedrera, con oferta cultural y exposiciones de referencia, hay una fundación que financia proyectos sociales, como las casi dos mil personas que realizan talleres de memoria en Barcelona, con el objetivo de llegar a tres mil, la gestión forestal o la promoción de vocaciones científicas.

Otro caso es el de Fira de Barcelona, que de la mano del turismo de negocios y con su calendario de ferias y congresos de referencia mundial como el MWC o el ISE, ha logrado un triple impacto: desestacionalizar la llegada de visitantes, captar a un perfil que gasta hasta tres veces más y que a su vez puede actuar de suscriptor de la ciudad.

El turismo también actúa de aliado a la hora de captar talento e inversiones que puede acoger Barcelona, como recordó la presidenta de BCN Global, Maite Barrera, apuntalando toda una economía del conocimiento que redunde en la proyección de la ciudad.

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