Bamesa mantiene las ventas pero sus beneficios se desploman
La comercial siderúrgica Bamesa, ex Barcelonesa de Metales, facturó el pasado ejercicio 1.133 millones de euros, que representan un leve recorte de apenas el 1%. La firma contabilizó un flujo de caja de 20 millones. El beneficio consolidado cayó de 8,5 a 6,2 millones.
Tales magnitudes significan que Bamesa ha transitado por la interminable crisis sin menoscabo de su volumen de negocio, pues se mantiene en los mismos niveles que registraba siete años atrás. Pero la rentabilidad del negocio se ha resentido y hoy gana la cuarta parte que en 2007. No obstante, es de destacar que desde entonces todos los ejercicios se han cerrado con resultados positivos, por un importe conjunto de 130 millones. La compañía escritura unos recursos propios de 240 millones y posee una tesorería de 110 millones.
Bamesa, con sede en la calle Anglí de Barcelona, pertenece al veterano empresario Jorge Arasa Masclans. De consejeros delegados ejercen su hijo Jorge Arasa Figueras y Alejandro Quintanilla Cornudella.
La compañía encabeza un entramado compuesto por una veintena de filiales que poseen almacenes de acero y metales en Barcelona, Levante, Sevilla, Burgos, Bélgica, Portugal, Rumanía, Turquía, Brasil, Argelia y México. El grupo es un centro de servicios del acero que actúa de intermediario entre las plantas siderúrgicas y las industrias de automoción y electrodomésticos de línea blanca, entre otras. Bamesa compra bobinas y las corta según el formato que desea el cliente, para que éste produzca menos chatarra o desperdicio.
La compañía estuvo participada históricamente por el grupo francés Usinor, que poseía el 49%. En 2002, con motivo de la fusión de Usinor, Arbed y la española Aceralia para formar el grupo Arcelor, la Comisión Europea le obligó a desprenderse de su paquete de Bamesa. La familia Arasa aumentó entonces su participación del 51% hasta el 65%. El resto, Usinor lo cedió al consorcio turco Borusan.