Abre un seis estrellas en Barcelona: cinco en el hotel y una (Michelin) en su restaurante
Entre la Vía Laietana y la calle Comtal de Barcelona se encuentra el Hotel Ohla. La joya de la corona del grupo Aqua, con sede en Santa Susana y presidido por Benet Ferrer. Desde el pasado febrero ofrece seis estrellas: cinco en las habitaciones y una (Michelin) en su restaurante, el Saüc. El chef Xavier Franco ha trasladado su negocio desde el número 12 del pasaje Lluís Pellicer al histórico edificio que albergó Casa Viladrell, el primer gran almacén de la ciudad.
Ferrer buscó a otros inversores (“varias familias”, reconoce) y compró la finca en 2004 por 12 millones de euros. Tras cuatro años de obras y una nueva inyección de 40 millones de euros, el edificio mantiene su fachada original pero dentro se ha renovado por completo. Uno de los sellos de identidad de Alonso, Balaguer y Arquitectos Asociados, el despacho encargado del proyecto cuyo portafolio incluye la Plaza de las Arenas, entre otras construcciones. El mismo Lluís Alonso afirmó en pleno acto de modestia durante la presentación del hotel: “Ahora, cuando hablo del modelo [de arquitectura] de Barcelona ya tengo dos edificios emblemáticos como referencia y no sólo uno”. ¿Adivináis cuáles?
Además del restaurante, que tiene capacidad para 26 comensales, el Hotel Ohla cuenta con un bar a pie de calle con la cocina abierta de las siete de la mañana a las dos de la madrugada. Unas características para atraer a los espectadores del Palau de la Música y los teatros de la Rambla, hambrientos cuando baja el telón. La propuesta de esta cocina será “de tapa o platillo”, en palabras de Franco. Para cumplir con las expectativas cuentan con 19 profesionales detrás de los fogones.
Habitaciones
En cuanto a las 74 habitaciones disponibles, se definen en dos palabras: lujo contenido. Sin grandilocuencias y con grandes dosis de diseño. Empezando con las sillas de Stefan Díez hasta los espejos de aumento de los lavabos, una creación de Daniel Isern, encargado del interiorismo del Hotel Ohla. Isern forma parte del equipo de Alonso Balarguer, ya que el despacho de arquitectura ha escogido desde la forma de la escalera principal hasta los cojines de los sofás.
En todas las habitaciones las camas son muy altas, se pueden escoger las sábanas (lino o algodón) y han sido distribuidas de tal forma que desde la bañera se pueda disfrutar del paisaje de esa parte de Barcelona. Con vistas al barrio Gótico o Vía Laietana. El WC está separado, muy francés.
El precio medio de la estancia rondará los 250 euros a finales de año, pero por el momento la noche cuesta entre 170 y 200 euros. Unas ofertas que la directora del Hotel Ohla, Anna Albuixench, comentó que sólo se darán en sus primeros meses.
Los ‘ojos’ de Amat
Pero si algo destaca en el Hotel Ohla (además de la terraza, de la que ya hablaremos cuando se inaugure) son sus ojos. El artista barcelonés Frederic Amat ha llenado las dos fachadas del edificio con esculturas de cerámica que, tal como comentó a Economía Digital, en los próximos meses se empezarán a iluminar con leds azules. Unos ojos que hacen un juego de sombras y pretenden ser un “intercambio de miradas entre los transeúntes y los huéspedes del hotel”. Precisamente uno de los puntos que más se ha cuidado en este establecimiento: las vistas desde cada una de sus esquinas. Esto es lo que recomendamos: ir, ver y descubrir.
Eso sí, quedan detalles pendientes. El ático está en construcción (nos encontramos con un hotel sin penhouse) y, por sorpresa, nosotros nos topamos con una gotera. Nos dicen que ya está tapada.