Todos los ojos sobre Vigo, y su PXOM…
Los inversores tienen en su punto de mira tres áreas metropolitanas: la de Vigo, la de A Coruña y la de Oporto
Una ciudad en plena ebullición urbanística, económica y demográfica. Vigo es ya, sin duda alguna, el motor económico del noroeste peninsular a la que únicamente le hace competencia una pujante Oporto, ejemplo vivo esta última de cómo rehabilitar urbanísticamente una gran ciudad de una manera totalmente eficiente y eficaz, con normativas claras, ágiles, concretas y legibles. Y lo manifiesto así de rotundo porque es el verdadero motor de la economía portuguesa en los últimos años y supone el 15% del PIB del país. Destacando sobre todo su seguridad jurídica urbanística, rentabilidad patrimonial, pírrica burocracia y baja presión fiscal a inversiones foráneas. Es decir, todo lo contrario que aquí, en España.
¿Y que han hecho de especial? Pues comienzo: la legislación portuguesa permite que los ingresos originados fuera del país procedentes del trabajo de autónomos o profesionales y de intereses y dividendos puedan verse beneficiados por sus programas de exención. A mayores, Portugal no cobra impuestos sobre rendimientos procedentes de otros países y los españoles que se trasladan a Portugal no necesitan un permiso de residencia para vivir en el propio país. Todo ello acompañado de una reducción notable de la burocracia para crear empresas. La fórmula «empresa en una hora» permite realizar todas las solicitudes y presentaciones necesarias para abrir una empresa en en una única ventanilla.
¿Igual que aquí, no? Por eso espero que la anunciada bajada impositiva anunciada por el Presidente de la Xunta con la reducción del IRPF, el impuesto del Patrimonio, el de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, así como por el mantenimiento de la apuesta por el modelo de Impuestos Cero en el Rural, se materialice lo antes posible para ser competitivos y evitar deslocalizaciones de inversores al país vecino, y que quede cristalino que aplaudo y apoyo este decidido y necesario paso fiscal de Feijoo .
Pero Vigo es la gran apuesta en materia de viviendas libre y de protección autonómica de varios e importantes proyectos en vivienda nueva, entre ellos, el de la cooperativa de viviendas Navia BI, que dirijo a través de mi gestora. A día de hoy los inversionistas tienen en su punto de mira tres áreas metropolitanas para sus inversiones inmobiliarias. Una es el área metropolitana de Vigo, la de A Coruña y el área metropolitana de Oporto.
La de Vigo destaca por su pujante e innovadora industria multisectorial y su crecimiento demográfico al alza , como pulmón económico de Galicia. La de A Coruña por una industria textil y auxiliar, sumada a un sector de la alimentación-conservera, que dinamiza gran parte de la economía local. La de Oporto por su alta rentabilidad, condiciones fiscales y seguridad jurídica. Unas y otras son el polo de atracción de fondos de inversión, socimis e inversores privados. Esta es la tendencia del mercado y las grandes inversiones inmobiliarias, guste o disguste a unos y a otros. Las inversiones lo único que buscan es seguridad jurídica, rentabilidad y favorables condiciones fiscales.
Y Vigo tiene su gran potencial de crecimiento urbanístico a partir de la aprobación inicial de su plan general de ordenación urbana. Sin duda marcará una trayectoria ilusionante, positiva y un desarrollo de enorme crecimiento demográfico y económico para una gran ciudad que con la aprobación definitiva de su plan general brillará con luz propia colocando a la urbe viguesa en el epicentro de todo el noroeste peninsular. Pero eso sí, no podemos caer en el error de un incremento de precios que no esté acorde con los ingresos reales de las familias. Creo y pienso que, de la crisis del 2.008, como mínimo, deberíamos extraer conclusiones para no repetir graves errores anteriores, y es que, la vivienda sea libre o de protección, debe estar equiparada en precio al poder adquisitivo de los que aquí vivimos, sin más.
Dicho esto, si que debo añadir que entre el PXOM de Vigo aprobado de manera provisional hace 2 años y el actual, hay notables diferencias, y no todas positivas. Y digo esto porque muchos suelos calificados y clasificados en el instrumento de ordenación provisional aprobados en su momento, ahora pasan a ser urbanos no consolidados o dentro de grandes ámbitos de suelos urbanizables con la correspondiente disminución de la edificación. Son ámbitos de desarrollos grandes, de complejo desarrollo, lo que aumenta las cargas de suelos adscritos en otros ámbitos y con una sustancial reducción del coeficiente de edificación.
En fin, ¿lo positivo? pues que exista la suficiente seguridad jurídica urbanística para desarrollar a pleno rendimiento el futuro de una gran y hermosa ciudad.