Los centros de coworking de A Coruña, refugios del emprendimiento en tiempos del Covid-19
Los emprendedores asentados en los centros de coworking de la provincia de A Coruña destacan el asesoramiento con el plan de negocio y la retroalimentación de proyectos
Los centros de coworking de la Deputación de A Coruña superan los tres años de andadura mientras su red sigue creciendo. Con la apertura del espacio colaborativo de As Pontes (el Green Coworking), el ente provincial ha elevado hasta la decena el número de instalaciones de este tipo, que se encuentran orientadas al impulso de proyectos ideados por emprendedores.
La red abarca ya más de la mitad de las comarcas de la provincia y ha albergado a proyectos como EDM Casas. Se trata de una innovadora empresa especializada en el sector de la construcción que lleva la sostenibilidad y la apuesta por el sello gallego como banderas. «Ahora mismo tenemos proyectos desde Ames hasta Oleiros«, asegura Belén Bouza, su fundadora. La compañía, asentada en el centro de coworking del Pazo de Arenaza (Oleiros) emplea madera certificada gallega para la edificación de viviendas de alta eficiencia energética.
«Retroalimentación» de proyectos en el centro de coworking
El estallido de la pandemia ha marcado en buena medida el desarrollo de la empresa. Tras el confinamiento, la firma recibió diferentes encargos de familias que apostaban por dejar atrás sus vidas en pisos para contar con su propia vivienda unifamiliar y disponer de espacios al aire libre en sus domicilios.
Para hacer frente a estos pedidos, Bouza ha contado con la colaboración de otra emprendedora del Pazo de Arenaza. Se trata de la arquitecta Marta Trigás, con quien ha puesto en marcha en Ames el proyecto de primera vivienda construida con pino gallego bajo el estándar de construcción passivhaus.
De esta forma, en el pazo oleirense se produce una «retroalimentación» entre proyectos, que era uno de los puntos perseguidos con la puesta en marcha de esta iniciativa. El propio presidente de la Deputación da Coruña, Valentín González Formoso, apuntaba en la presentación del primero de estos espacios de coworking la posibilidad de «colaboraciones y sinergias entre los emprendedores de un mismo sector allí instalados, así como la creación de nuevas oportunidades de negocio».
«Ir al Pazo te permite salir de la rutina. El espacio es estupendo y el contacto con el resto de compañeros es siempre enriquecedor», asegura Bouza, que también destaca las labores de asesoramiento y de seguimiento de proyectos que realizan los profesionales del centro.
«Te hacen entender el negocio»
A estos trabajos de asesoramiento personalizados se refiere también Miguel Mosteiro. El reputado chef quemó etapas con su proyecto Gastrolab Arousa en el centro de coworking Lab Barbanza. «Ya tenía experiencia de bastantes años y había participado en los espacios de coworking de la Escuela de Organización Industrial (EOI) de Vilanova de Arousa», asegura Mosteiro.
Su empresa especializada en servicios de catering se constituyó a comienzos de 2019 y solo un año después se vio inmersa, al igual que el resto de hostelería, en el epicentro de la crisis por el Covid-19. «Era una etapa difícil por la pandemia», reconoce el chef.
De su estancia en el Lab Barbanza (ahora cuenta con local propio), Mosteiro resalta los consejos de los expertos del centro en materia empresarial. «Ayudan mucho sobre todo a la hora de hacer el plan de negocio y a enfocar la empresa para que sea rentable», apunta. «Te hacen comprender la parte económica de la empresa, a entender el negocio y a enfocarte hacia un determinado nicho», asegura el chef, que en los últimos meses ha recibido diferentes reconocimientos por su apuesta por la sostenibilidad y su cocina de kilómetro cero.