Yolanda Díaz: de las ruinas del rupturismo a la vicepresidencia
Amiga desde hace muchos años de Pablo Iglesias, la política ferrolana superó en popularidad al líder de Podemos por su trabajo como ministra, incluso entre los votantes de la formación morada
Hija de un histórico sindicalista gallego, Yolanda Díaz lleva meses en las quinielas de la sucesión de Podemos. No solo por el declive en las encuestas y resultados electorales de la formación morada o por la amistad que le une con Pablo Iglesias desde hace muchos años. Tampoco por su salida de Izquierda Unida, partido con el que alcanzó su primer cargo público como teniente de alcalde en el Concello de Ferrol. Su labor al frente de la cartera de Trabajo elevó su popularidad hasta el punto de estar mejor valorada que el propio Iglesias entre los votantes de Podemos, según mostraba el CIS del pasado octubre.
Abogada laboralista y perseverante negociadora con la CEOE, Díaz está a un paso de la presidencia del Gobierno y se perfila como posible candidata de Unidas Podemos a unas elecciones generales. Ese fue, al menos, el rol que le atribuyó Iglesias en su salida del Ejecutivo para lanzarse en la carrera electoral por Madrid.
De partidos en ruinas al Gobierno
Con este horizonte, nadie diría que hace solo unos años Díaz dejaba tras de sí partidos en ruinas. Arrancó en una formación con escasa fuerza en Galicia como Esquerda Unida, cuyo espacio se reparten habitualmente entre el BNG y el PSOE.
Un artefacto ideado por Xosé Manuel Beiras, Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), llevó a la dirigente de Fene a la Xunta como colíder de la tercera fuerza del Parlamento. Aquella alianza entre el nacionalismo y Esquerda Unida duró una legislatura, pero fue el germen de las candidaturas de unidad popular y de Podemos, según reconoció el propio Pablo Iglesias, quien asesoró a AGE en la campaña electoral de 2012.
Peleada con Beiras por su inclinación hacia Podemos y no tanto al ala nacionalista de la confluencia de En Marea, Yolanda Díaz sobrevivió al colapso de ambas formaciones: AGE y la propia En Marea, de la que ya se desmarcó en los últimos comicios para respaldar la candidatura de Galicia En Común.
ERTEs y pactos con los empresarios
Casada y madre de una niña, se convirtió en una de las ministras mejor valoradas del actual Ejecutivo por poner en marcha los ERTE, elevar el salario y mínimo y, sobre todo, lograr consensos con los empresarios, algo que se antojaba difícil teniendo en cuenta lo alejadas que están sus posiciones políticas de las de CEOE.
La abogada se enfrenta ahora al reto de liderar a Unidas Podemos en el Ejecutivo cuando también la formación de Pablo Iglesias parece en claro declive electoral y después de abandonar IU por discrepancias con Alberto Garzón. Al PSOE no le parece mal. Se lo ganó en sus desvelos como ministra.