Uno de cada diez municipios gallegos no tiene oficina bancaria
El 1,9% de la población de Galicia tiene que desplazarse a otro municipio para hacer uso de una oficina bancaria, una situación que se repite en 42 concellos y afecta a más de 50.000 personas
Más de 50.000 personas en Galicia tienen que desplazarse a otro municipio para encontrar un banco. Así lo refleja el informe del Ivie y la Fundación Ramón Areces, una monografía titulada ‘Distribución de la población y accesibilidad a los servicios en España’ que deja al descubierto la falta de acceso a la red de oficinas bancarias que sufre el 1,9% de la población gallega.
De los 313 municipios que tiene la comunidad, 42 de ellos no tienen ningún banco. Esto significa que sus habitantes, un total de 52.347 personas, tienen que viajar a otro concello para hacer uso de las oficinas bancarias. En porcentajes, los ayuntamientos sin este tipo de servicios constituyen un 13,4% del total, y afectan a casi el 2% de la población de Galicia.
La gallega estaría así en el decimoprimer puesto en el ranking de comunidades autónomas con mayor número de población privada de oficinas bancarias en su ayuntamiento, solo por delante de Andalucía, las Islas Baleares y Canarias, Asturias, Madrid y Murcia.
Por provincias
Si se atiende a los datos por provincias, la carencia más acusada la tiene Ourense, con un 28,3% de municipios sin bancos y un 8,8% de la población (26.964 personas) privada de dichos servicios en su municipio. La siguiente sería A Coruña, donde un 1,8% de los ciudadanos (20.601 personas) no pueden ir al banco en su concello, una situación que ocurre en el 10,8% de los ayuntamientos de la provincia.
Las mejores cifras las tienen Pontevedra y Lugo, con apenas un 0,2% y 0,9% de sus habitantes sin oficinas bancarias en sus municipios, respectivamente. En el caso de la provincia sureña se trataría del 3,3% de los ayuntamientos, mientras que en la limítrofe con Asturias la situación se daría en el 6% de los concellos.
Cierre generalizado de oficinas
El informe refleja que desde septiembre de 2008 se ha producido una caída generalizada del número de oficinas en todas las regiones, aunque con un rango de variación que va desde el mínimo del 34% de reducción en Castilla-La Mancha y Extremadura, hasta el máximo del 64% de caída en Cataluña. Las autonomías de Baleares, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia y Madrid concentran más de la mitad del cierre de oficinas bancarias desde 2008.