Unió ultima la ruptura con CDC y la candidatura al 27S
Artur Mas y el democristiano Ramon Espadaler mantiene una breve entrevista en el Parlament antes de la decisiva reunión del comité de gobierno de Unió
This is the end. Lo cantó Jim Morrison y lo pueden cantar al unísono esta tarde los dirigentes de Unio, primero, y de Convergència, después.
La dirección de Unió ganó la consulta interna de este domingo, aunque fuera por la mínima. Los más fieles a Josep Antoni Duran Lleida reiteran que su opción ganó por cuatro puntos de diferencia y que eso les avala para tomar decisiones en nombre de todo el partido. Este mediodía lo certificarán en un comité de gobierno, en el que rechazarán el plan del President Artur Mas y de la dirección de Convergència de ir a las elecciones del 27 de septiembre con la hoja de ruta independentista aprobada con Esquerra Republicana.
Este miércoles, el propio Artur Mas se ha reunido con el secretario general de Unió, Ramon Espadaler, para minimizar los daños que se avecinan. Porque no hay ya la posibilidad de un punto de encuentro. Aprovechando el pleno en el Parlament sobre la situación de la sanidad, los dirigentes de Unió han mantenido diversas reuniones, mientras los de Convergència hacían lo propio. El final de CiU, siempre cantado, nunca rubricado, está ahora muy cerca.
La decisión de Mas hacia el 27S plebiscitario
Un dirigente de Unió, de la cúpula que arropa a Duran Lleida, mantiene que no queda otra que «poner en marcha la candidatura propia, porque Convergènica ni Mas quieren cambiar nada a estas alturas». Los términos y los detalles de esa candidatura no están cerrados, porque lo prioritario para Unió era que fuera primero Convergència la que expresara sus deseos, y éstos están claros: un suicidio colectivo, en favor de una lista del President Mas que incorpore miembros de CDC, soberanistas de Unió, personalidades de la sociedad civil, y a jugar. Es decir, a probar suerte el 27 de septiembre, con la voluntad de que sean unas elecciones con carácter plebiscitario sobre la independencia de Cataluña.
Existe una cuestión y es que en los estatutos de la federación nacionalista dejan claro que, en caso de disolución, ninguno de los dos partidos podría utilizar el nombre de CiU, ni las siglas, ni de forma individual, ni con otros partidos.
Candidatura a partir de Construïm
Duran, aunque aseguró que no tenía nada que ver con ello –lo que creó un enorme malestar en el seno de Unió– promovió la constitución como partido de la asociación Construïm, y, en el último momento, esa podría ser la plataforma del propio Duran, o de una parte de Unió, para presentar en las elecciones, en solitario o en coalición con otras fuerzas políticas.
Los socialistas catalanes, que ven con mucha simpatía los movimientos de la cúpula de Unió, insisten en que lo importante llegará el 28 de septiembre, cuando, con un Parlament muy fragmentado que deban configurar mayorías de gobierno. En ese caso, Unió, con el nombre que tenga, y el PSC, con la fuerza que pueda obtener, sí estarían dispuestos a colaborar para condicionar un gobierno.
El comité de gobierno de Unió rechazará este mediodía la senda de Convergència, cuya dirección ya se ha movilizado para reunir a su ejecutiva este mismo miércoles.
This is the end. No da más de sí. CiU se rompe, después de que se rompiera el PSC, de que ICV esté dividida y superada por las circunstancias, y después de favorecer el crecimiento de la CUP, y de Ciutadans. Artur Mas está dispuesto a llegar ya hasta el final, aunque el precio es enorme.