Unió se ofrece como interlocutor del PP tras el 27S
Duran mantiene con Rajoy una entrevista para calilbrar un posible acuerdo si mantiene el Gobierno
El movimiento independentista no es homogéneo. Como ha ocurrido desde el inicio del proceso soberanista, con la Diada de 2012, el entorno del president Artur Mas sigue valorando una posible negociación con el Gobierno central, siempre que desde Cataluña se tenga una gran mayoría parlamentaria con la que se pueda exhibir músculo.
Ahora, con una candidatura en la que figura Esquerra Republicana, la disyuntiva se planteará en la noche del 27 de septiembre: si se produce una mayoría soberanista, Esquerra querrá seguir la hoja de ruta trazada hacia la independencia, y también una parte de Convergència, pero Mas quiere saber primero qué pasará en las elecciones generales.
Una oportunidad para el catalanismo
La otra opción, muy diferente, es la que defiende Unió Democràtica. Aunque Josep Antoni Duran Lleida ha tomado decisiones muy tarde, el partido democristiano confía en recoger un porcentaje de voto que le posibilite tener representación en el Parlament. Si lo consigue, y si la lista de Mas, Junts pel Sí, no obtiene mayoría absoluta, el catalanismo podría tener una nueva oportunidad.
Duran ha tanteado el terreno. Duran Lleida se entrevistó el miércoles en la Moncloa con Mariano Rajoy, y mantiene el contacto con el Gobierno español. La cúpula del PP mantiene que ahora Unió sí le gusta, y que, «aunque algo tarde», ha sabido reaccionar para plantear una salida.
Los sectores económicos catalanes se han aproximado a Unió, con cautela, pero con la percepción de que, al margen del peso que consiga, puede ser uno de los actores centrales en los próximos meses. ¿Por qué? Porque una de las posibilidades, para nada menor, es que se convoquen nuevas elecciones en unos tres meses, si Mas es incapaz de lograr su investidura tras el 27S.
En el horizonte, Tsipras
Ramon Espadaler, el candidato de Unió a la Generalitat, reivindicó este jueves a su partido como el único con capacidad real de «dialogar» con Madrid después de los comicios. Y eso es cierto en el caso de que el PP mantenga el poder. E, incluso, con el PSOE. En esa lucha entrará Artur Mas, aunque con el precio de romper su candidatura, si llega el momento, con el horizonte de ser el Alexis Tsipras catalán.
La dirección de Unió se ha fijado como objetivo la obtención de cinco diputados en el Parlament. Eso le garantizaría un grupo parlamentario propio. Espadaler considera que, aunque los puntos de encuentro con el PSC son importantes, los socialistas no podrán ejercer el papel de los democristianos, al no tener «las manos libres» en su relación con el PSC, pero si es el PSOE el que logra el Gobierno tras las generales, será Unió la que tratará también de colaborar.
La actitud del PP
La cuestión es que el 27S se dirime en Cataluña el futuro del catalanismo, y de si es posible o no recuperar un espacio central que nadie tiene: el que ejerció CiU durante décadas. ¿Quién lo recuperará, Mas convocando de nuevo elecciones buscando el papel de Tsipras, o Unió, logrando atraer a los electores moderados de Convergència de siempre?
El PP es consciente de ello, y se plantea cómo, esta vez, puede hacer las cosas mejor respecto a Cataluña. Eso sí, dependerá del peso electoral de Rajoy.