Triunfa la reforma laboral, fracasa la negociación de Yolanda Díaz
La ministra de Trabajo asume que no ha sido capaz de explicar los beneficios de la nueva normativa ante la ruptura del bloque de la investidura
La que Yolanda Díaz reivindica como la norma “más importante de la legislatura” saldrá adelante sin el apoyo de buena parte de los aliados de Pedro Sánchez en su investidura como presidente del Gobierno. La reforma laboral impulsada por la ministra de Trabajo encaja el ‘no’ de PNV, EH Bildu y ERC, a pesar de contar con el apoyo de los principales sindicatos del Estado, CCOO y UGT. El BNG, que también avaló la candidatura de Sánchez, votó en contra y reprochó a Díaz su promesa de derogar el marco laboral que dejó Fátima Báñez, cuando en realidad está consolidando “sus aspectos más lesivos”.
Al margen del PNV, que achacó su negativa a que el Gobierno no accediera a explicitar en el articulado la primacía de los convenios autonómicos, las fuerzas de izquierda reprocharon a Díaz que no toque el abaratamiento del despido, la autorización administrativa de los ERE, los salarios de tramitación, las facultades de las empresas para cambiar las condiciones de trabajo o la movilidad geográfica, entre otros aspectos.
Díaz asume que falló la negociación
La ministra de Trabajo consideró que no había logrado explicar los beneficios de la normativa, de manera que consiguiera los apoyos que buscaba, fundamentalmente ERC y PNV, en lugar de Ciudadanos y UPN. Señaló que solo la recuperación de la ultractividad merecería el apoyo al Real Decreto-Ley. “Tengo la sensación de que, en un debate político que dura ya semanas, no hemos abordado con rigor y con seriedad lo que esta reforma laboral supone«, admitió la vicepresidenta segunda, quien reprochó a los partidos que hablaran de “proyectos personales, humo y maquillaje” en lugar de la “lucha contra la precariedad” que representa la reforma laboral.
«Dar la espalda a esta reforma es devolvernos a la casilla de salida en el juego funesto de la precariedad», concluyó.
El relato político que viene
La votación rompe un bloque que había resistido hasta la aprobación de los Presupuestos Generales, que apoyaron ERC, Bildu y el PDeCAT. La lectura política es inevitable, pues supone la primera experiencia relevante de apoyos variables para el Gobierno y apunta a un giro al centro detonado, curiosamente, desde un Ministerio de Unidas Podemos.
Tanto ERC como Bildu apelaron a mantener la línea de diálogo para evitar precisamente eso, un giro del Ejecutivo hacia posiciones más conservadoras, pero lo hicieron entre duras críticas al texto de Díaz.
El trasfondo de la disputa afecta también al proyecto político que intentará armar la dirigente ferrolana de cara a unas futuras elecciones generales, pues las críticas y las formaciones que las pronunciaron auguran una cierta orfandad a la izquierda del PSOE. Dicho de otra manera, empujan a Díaz a alejarse de su principal nicho de electores.