Tirón de orejas de Feijóo a Cayetana Álvarez de Toledo
“Basta de espectáculos parlamentarios. Ningún compañero debe entrar al señuelo del Gobierno para crispar y perder los papeles”, dice Feijóo
No es la primera vez que el presidente de la Xunta de Galicia y barón autonómico del PP, Alberto Núñez Feijóo, evidencia la distancia que lo separa de Cayetana Álvarez de Toledo. Ambos dirigentes iniciaron una guerra fría dialéctica hace unos meses, a cuenta de la posibilidad de que Ciudadanos se presentase a las elecciones gallegas en coalición con el Partido Popular, algo que Feijóo rechazó de plano.
Preguntado este viernes por la polémica suscitada por las declaraciones de Álvarez de Toledo esta semana, cuando se refirió a Pablo Iglesias como “hijo de un terrorista”, Feijóo se ha mostrado impasible. Como la práctica totalidad de dirigentes populares, ha evitado salir en defensa de la portavoz del PP en el Congreso.
«No perdamos los papeles»
“Con 30.000 fallecidos en España por una pandemia, yo creo que basta ya de espectáculos parlamentarios en pleno o en comisión”, sentenció Feijóo que, eso sí, acusó al Gobierno de estar buscando esta polémica para desviar el debate sobre la gestión de la crisis sanitaria.
“Los gobiernos lo que han de hacer es gobernar. Un Gobierno no puede buscar provocaciones y enfrentamientos con la oposición”, dijo Feijóo para, a continuación, tirar de las orejas a Álvarez de Toledo. Y es que el mandatario autonómico ha dejado claro que “ningún compañero debe de entrar en el señuelo del Gobierno para crispar, provocar y perder los papeles, aunque solo sea por respeto a los fallecidos”. “La oposición no puede perder los papeles”, resolvió.
No es Feijóo el único dirigente popular que ha aprovechado para afear las palabras de la portavoz del PP. Javier Maroto, Fernando López Miras y, de facto, el entorno de Teodoro García Egea, han seguido la misma línea. Entienden que las gruesas palabras de Álvarez de Toledo contribuyeron a dejar fuera de foco durante varias horas la polémica alrededor del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y su gestión de la Guardia Civil.