Susana Díaz agita ya el fantasma de otras elecciones andaluzas
Podemos, Ciudadanos y el PP se distancian aún más del PSOE y la investidura de la líder socialista se complica
Susana Díaz tiene un problema. Lo que parecía una negociación difícil, pero con una cierta garantía de que el resto de grupos políticos acabaría facilitando su investidura, se ha convertido en una pesadilla.
La líder del PSOE andaluz, la aspirante a ser la gran figura del socialismo español, no será investida como presidenta de la Junta en la nueva votación de este jueves en el pleno del parlamento. Ni Podemos, ni Ciudadanos, ni el PP están dispuestos a abstenerse. Tampoco IU, el anterior socio de Díaz en la anterior legislatura.
Y menos con el gran escollo que supone ahora el caso de la reapertura de la mima de Aznalcóllar, después del fallo de un juez de Sevilla en el que reprocha al Gobierno andaluz la falta de «rigor» en el procedimiento de concesión.
El ‘no’ de todos los grupos
La situación, por tanto, es de bloqueo, aunque la propia Susana Díaz trate de aprovecharla en el transcurso de la campaña electoral de las elecciones muncipales del 24 de mayo. Pero ya no se trata de obtener mejores o peores resultados en los ayuntamientos. Está en juego su propia investidura.
Susana Díaz ha comenzado a agitar el fantasma de convocar, de nuevo, otras elecciones, porque no se vislumbra una negociación seria con ningún partido, según fuentes consultadas, conocedoras de las negociaciones.
El PP suspendió este miércoles una reunión que tenía previsto celebrar con la delegación del PSOE andaluz para abordar la investidura. Ciudadanos anunció que este jueves votará en contra de Díaz. Y Podemos ha dejado claro que desea un compromiso por escrito sobre una de sus condiciones, la de que la Junta no tendrá cuentas con las entidades financieras que impulsen desahucios.
Próximos plenos, después del 24M
Susana Díaz no tendría suficiente con las 15 abstenciones de Podemos, necesitaría 16, pero si hubiera conseguido ese apoyo implícito de la formación que lidera en Andalucía Teresa Rodríguez, hubiera logrado también un movimiento en Ciudadanos. Sin embargo, el bloqueo es total.
El PSOE andaluz tiene ahora claro que no convocará, tras este jueves, un nuevo pleno antes del 24 de mayo. Las elecciones municipales lo marcan todo. Pero Susana Díaz no tiene ninguna garantía de que tras los comicios la situación vaya a cambiar. Tendría tiempo, según el plazo legal, hasta el 5 de julio, dos meses después de la primera votación de investidura, que fue el 5 de mayo. Si no hay acuerdo, debería convocar elecciones.
Pero después del 24M será el PP quien consiga muchas mayorías en los ayuntamientos, –aunque pierda las mayorías absolutas con las que cuenta en gran parte de las ciudades andaluzas– con la necesidad de apoyos para poder completar equipos de gobierno.
Sin compromisos del PSOE andaluz
Y dependerá, en ese momento, del PSOE o de Ciudadanos. Lo que teme el PSOE, según fuentes de los propios partidos involucrados, es que la investidura se consiga «como si se tratara de un cambio de cromos».
Aproximaciones ha habido. Ciudadanos tiene interés en llegar a un acuerdo, porque es consciente de que tras el 24 de mayo se verá en la tesitura de apoyar a gobiernos autonómicos del PP. Y una imagen de apoyo al PSOE en Andalucía, como admite José Manuel Villegas, miembro de la dirección de Ciudadanos, les sería positiva. Máxime porque la premisa es abordar «caso por caso», sin buscar acuerdos globales entre las cúpulas de los partidos.
Pero Susana Díaz «no se ha comprometido en nada», según las fuentes consultadas.
Los ex presidentes, molestos con Susana Díaz
Díaz ha rechazado, en el último momento, propuestas de Podemos, como una reunión con juristas para que certificaran las posibilidades legales de que la Junta dejara de trabajar con las entidades financieras que apliquen desahucios. Y es imposible un compromiso por escrito de que el ex presidente de la Junta, Manuel Chaves, dejará su escaño.
Sin embargo, tanto Chaves como José Antonio Griñán han mostrado su gran malestar con Susana Díaz, por colocarlos en ese compromiso, como si fueran la excusa para que la líder del PSOE andaluz no pueda ser presidenta de la Junta.
El PSOE, por tanto, juega ya con la posibilidad de convocar de nuevo. Los comicios se podrían celebrar en el mes de julio, o buscar alguna argucia legal, –con el mes de agosto inhábil– para convocarlos en la misma fecha de las elecciones catalanas, el 27 de septiembre. «Los resultados podrían ser similares, en todo caso a los socialistas no les perjudicaría, e, incluso, les podría beneficiar una nueva convocatoria», asegura una fuente conocedora del entorno de la líder socialista.
Un precedente peligroso
Tal vez, pero la imagen en un momento de descrédito de la política sería enorme. Susana Díaz no quiere llegar a ese extremo, pero tampoco hace nada por evitarlo.
Y eso es lo que tanto Podemos, como Ciudadanos e Izquierda Unida –no digamos el PP– han comenzado a percibir con claridad.
El problema es que puede crear un precente. En un momento en España en el que todos los partidos se verán obligados a buscar acuerdos para formar gobiernos, la posibilidad de que a la mínima se deban repetir las elecciones, puede crear un clima de gran incertidumbre, que perjudique el crecimiento económico.