El consejero catalán de empresa, a punto de dimitir, víctima de su personaje
Santi Vila valora su dimisión ante la imposibilidad de convencer a Puigdemont de que convoque elecciones y renuncie a una declaración de independencia
Santi Vila, el consejero catalán de empresa, se ha construido un personaje de hombre moderado, liberal y catalanista, poco dado a las aventuras políticas. Pero ha seguido adelante, y siguió a Carles Puigdemont, cuando éste le pidió que sustituyera al también moderado Jordi Baiget al frente del departamento de empresa.
Ahora, sin embargo, valora su dimisión, que, según fuentes conocedoras de sus relaciones con el presidente, podría ser inminente. Pesa en Vila la imposibilidad de convencer a Puigdemont para que convoque elecciones y renuncie a una declaración de independencia.
Según las mismas fuentes, Vila habría presentado su dimisión hace unos días, pero Puigdemont no la aceptó. Son amigos, aunque esa amistad se ha resentido en los últimos meses. Se pueden decir las cosas a la cara, pero, como ocurre en todos los ámbitos de la vida, llega un momento en el que tal sinceridad acaba en ruptura.
Vila se ha escondido en los últimos días. Las críticas por la fuga de empresas se las ha llevado el consejero de Economía, el republicano Oriol Junqueras, que no ha sido capaz de difundir un discurso sólido, que explicara a la sociedad catalana lo que está ocurriendo, desbordado por lo sucedido. Pero el responsable directo del mundo empresarial es Vila, que sustituyó en esa responsabilidad a Baiget antes del verano.
Y Vila sólo se atrevió el pasado viernes a difundir un mensaje en su cuenta de Twitter en contra de la iniciativa de Òmnium Cultural y de la ANC de sacar dinero de los cajeros para evidenciar “el poder de la gente”. Fue su gesto más contundente, en una situación de alarma empresarial, con la fuga de las grandes empresas y de empresas medianas, que han trasladado sus sedes sociales.
Vila es consciente de que quiere aparecer como moderado, pero sigue en un Govern que va camino del abismo
Santi Vila deja caer allá donde va algunos comentarios que evidencian su malestar con el recorrido que ha hecho el Govern. Aseguró que, sobre los requerimientos que le había formulado el Gobierno de Mariano Rajoy a Puigdemont, en relación a si declaró la independencia en el Parlament, que no se podía afirmar tal cosa, porque no se votó.
Es decir, Vila ha querido aparecer como el gran político moderado, capaz de salir airoso de una situación de bloqueo, pero ha permanecido en el Govern independentista de Puigdemont sin ningún problema.
Ahora llega la hora de la verdad, con el pleno que ha pedido Puigdemont, y que se celebrará este jueves. Su idea, porque ya no puede seguir alimentado su personaje político sin que case con algún acto real,es presentar la dimisión de forma inminente. ¿Pero, será creíble después, para protagonizar alguna operación política?