Santamaría aísla al topo de Aznar en el Gobierno

La vicepresidenta acorrala al secretario de Estado que filtra las decisiones económicas al antiguo jefe del Ejecutivo. Ordena a De Guindos que lo mantenga al margen de las decisiones estratégicas

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La caza de brujas que activó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, para encontrar a la garganta profunda del ex jefe del Ejecutivo, José María Aznar, dio sus frutos la semana pasada. Si no hubiera fecha para las elecciones generales, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, dimitiría del cargo, seguramente, apelando a circunstancias personales: el clásico eufemismo que camufla en España los ceses políticos.

Dicho de otro modo, se habría activado la guillotina monclovita. El calendario juega a favor de García-Legaz, que abandonará sin más el Ministerio de Economía con el cambio de Gobierno. Santamaría ha establecido, eso sí, un cordón sanitario a su alrededor con el objetivo de mantenerle al margen de la información estratégica que maneja el equipo de Mariano Rajoy. La mano derecha del presidente acumula indicios suficientes para señalar a García-Legaz como el topo de Aznar.

El PP contra el PP

La Moncloa está convencida de que él mantiene al día a su, por otra parte, antiguo jefe con información privilegiada, que Aznar usa después para criticar abiertamente a Rajoy. Los desencuentros entre ambos presidentes han inflamado los ánimos en el Partido Popular (PP). De este modo, Santamaría ha pedido al ministro de Economía, Luis de Guindos, que mantenga a su secretario de Estado al margen de las reuniones de primer nivel.

García-Legaz dejará de recibir datos de departamentos ajenos al de Comercio y sus funciones carecerán de trascendencia. No es la primera vez que la situación del secretario de Estado está comprometida. La eclosión del caso Pequeño Nicolás prácticamente pone punto final a su permanencia en el Gobierno. El político conservador cruzó mensajes de móvil con el presunto impostor –está acusado por el CNI— aunque negó que se conocieran. El joven asegura que accedió, por ejemplo, a las reuniones de trabajo sobre Eurovegas.

La derecha tropieza con la misma piedra

La relación con Aznar data de 1996. Cumplida la investidura que emanó del pacto del Majestic, el Gobierno lo nombró asesor del gabinete de presidencia. Desde junio de 2007, es secretario de FAES; la fundación que el PP organizó para mayor gloria de su antiguo líder. García-Legaz es también amigo de la ex alcadesa de Madrid, Ana Botella. La situación puede parecer una anécdota, pero ilustra la magnitud de la posible debacle.

La historia política describe cómo la caída del centro derecha español en los ochenta se activó cuando se estableció, entre otros factores, una ruptura en la UCD entre los partidarios de Fernando Abril Martorell y los que mantenían su fidelidad a Alfonso Suárez. Los paralelismos, salvando, incluso, las distancias intelectuales, con la posición de Aznar, Rajoy y sus respectivos están ahí.

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