Sánchez pone a merced de Feijóo un PP vacío de poder territorial
Nunca fue tan cómodo el salto a Madrid y nunca presentó tantas incertidumbres, con un PP acosado por Ciudadanos y vaciado de poder territorial
El éxito de la moción de censura tuvo al menos dos virtudes desde el punto de vista socialista. Devolvió momentáneamente el debate al eje entre izquierda y derecha, donde el PSOE se siente más cómodo. No podrá evitar el desgaste de la cuestión territorial, pero Pedro Sánchez tiene la esperanza de que la pugna entre Ciudadanos y el PP por ver quien ondea la bandera más alto siga su curso. De momento, la pelea entre la vieja y la nueva política está en el lado derecho del tablero, y ya veremos cómo se lleva con Podemos a la hora de gobernar. No es bipartidismo, pero la política española sigue siendo un juego de binomios, Cataluña aparte.
La otra virtud, forzar el proceso de renovación en el PP, que desde los mejores tiempos de Felipe González no veía tan socavado su poder territorial. En 2015 perdieron Extremadura, la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares y Cantabria. Cayeron en la irrelevancia en Cataluña y el País Vasco. El partido asume la renovación que parecía inevitable ya hace unos años. A priori, será una carrera de fondo hasta las elecciones generales, pasadas las europeas y municipales. Y en ese proceso vuelve a estar como uno de los favoritos para suceder a Mariano Rajoy el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
Los compromisos y el calendario de Feijóo
De hecho, es más favorito que nunca. Cristina Cifuentes está fuera de combate y el enfrentamiento no reconocido entre Soraya Sáez de Santamaría y Dolores de Cospedal le allana el camino. En el vaciado de poder sufrido por el PP, conserva la última mayoría absoluta y ha sido capaz de mantener el partido unido. Menos de lo que creen en Madrid, pues son evidentes las discrepancias en Vigo o en Ourense, pero lo suficiente para que nadie lo cuestione en público.
El calendario también cuadra si, como todo apunta, Pedro Sánchez dilata lo posible la convocatoria de elecciones. Feijóo podría cumplir su mandato en Galicia y llegar a Madrid en 2020 con la bendición de Mariano Rajoy. Ambas son, a día de hoy, cuestiones ineludibles para el líder del PP gallego, quien aseguró que esta sería su última legislatura en su tierra natal.
El riesgo del viaje sería elevado. En Galicia gozó de mayorías absolutas en sus tres mandatos. Nunca se enfrentó a un parlamento fragmentado ni tuvo que competir el espacio de la derecha con Ciudadanos, hasta ahora incapaz de cuajar un proyecto sólido en la comunidad. Las municipales serán un buen termómetro para medir la magnitud del reto.
Los equilibrios del PSOE gallego
En el socialismo gallego ha sentado bien el movimiento de Pedro Sánchez. Por un lado, permite al PSOE recuperar galones como partido de Gobierno tras años ensimismado en disputas internas. Por otro, desaloja al PP en plena guerra por el espacio de la derecha.
Todos están de acuerdo con que diera el paso, pero no todos auguran a Sánchez un buen futuro. Representantes del PSdeG consultados por este medio consideraban este viernes que la necesidad de contar con partidos nacionalistas y los desaires de Podemos harán muy difícil la gobernabilidad. Los más optimistas veían el principio de una reconciliación de la izquierda y ponían como ejemplo las alcaldías y diputaciones donde la alianza entre mareas y socialistas está dando buenos resultados.
Sánchez conoce bien la radiografía del PSOE gallego y sus conflictos internos. Uno de los actores principales, Abel Caballero, alcalde de Vigo y presidente de la FEMP, apoyó decididamente a Susana Díaz en las primarias del partido. Gonzalo Caballero, el actual secretario xeral, apoyó a Pedro Sánchez, del mismo modo que el círculo de afines al ex secretario xeral, José Ramón Gómez Besteiro.