Rajoy sólo preparará su marcha si Sánchez también dimite
El líder del PP reclama que el resto de partidos le deje gobernar aunque sea en solitario si gana las elecciones
Cierta seguridad, y tranquilidad, pero la dirección del PP es consciente de que las cosas pueden cambiar mucho a partir del lunes 27 de junio. Mariano Rajoy reclama que le dejen gobernar, que será el líder de la lista más votada, como apuntan todas las encuestas, y que, en todo caso, sólo preparará su marcha si otros también dimiten, en una alusión clara a Pedro Sánchez, y, en menor medida a Albert Rivera. Todo con el objetivo de lograr la gran coalición para gobernar con estabilidad.
El equipo de campaña del PP, que dirige Jorge Moragas, ha llegado a una conclusión: que Rajoy se exprese, que se deje llevar en los últimos días en todos sus actos, «que sea él mismo», y que se olvide de los guiones establecidos y de los mensajes electorales. No del todo, claro. El latiguillo, para lograr el último voto, es la apelación a la «España moderada», pero el margen para Rajoy es amplio. Y ha decidido explotarlo.
Ir o no a la investidura
El líder del PP, en un acto en Barcelona, con el mundo económico, y con todos los pesos pesados del partido en Cataluña, con su inseparable Jorge Fernández Díaz, –que ha llevado las riendas del PP catalán junto con su hermano Alberto (concejal en el Ayuntamiento de Barcelona) durante décadas– demostró este martes esas nuevas maneras.
Con los brazos abiertos, y con la expresión en su rostro de a mí que me registren, Rajoy aseguró que volverá a repetir su actuación tras el 20D y que no se presentará a la investidura si no tiene los votos necesarios.
El mensaje es claro. «Sobre si me tengo que ir o no, o esas cosas que dicen por ahí», –en alusión a Albert Rivera que exige que dimita para que el PP obtenga el apoyo de Ciudadanos– creo que se debe respetar la voluntad de la gente, y si la gente dice que el PP y su candidato son los más votados y luego llega uno y dice es que se tiene que ir, oiga, ¿por qué se tiene que ir y todos los demás se tienen que quedar?», se explayó Rajoy, consiguiendo el aplauso prolongado del auditorio.
Gobernar en solitario
Rajoy reclamó, en una comparecencia organizada por El Periódico, que le dejen gobernar «en solitario», si el PP es la lista más votada, pero, detrás de esa afirmación, se esconde también todo un plan que sólo se podrá desvelar a partir del 27 de junio. Y que pasa por conseguir el apoyo del PSOE para gobernar con la mayor estabilidad posible.
Dirigentes del PP admiten que todo dependerá del resultado, lo que resulta una obviedad. Pero no es lo mismo que Rajoy gane con 130 diputados, que con 115 escaños. El 20 de diciembre obtuvo 123. Eso implica que en las negociaciones posteriores, Rajoy es consciente de que él mismo será una moneda de cambio. Pero desea que lo sea también Pedro Sánchez, que tendrá que afrontar una complicada situación interna en el PSOE.
La «reconstrucción» de los socialistas
Los socialistas afrontan los últimos días de campaña con un cierto optimismo. Creen que los esfuerzos del puerta a puerta que se ha impulsado les hará movilizar a su favor parte de la masa de indecisos. Pero la previsión es quedarse en la oposición, sin apoyar a nadie, e inciar «un periodo de reconstrucción, que será duro». Sólo un cambio en el PP, con un programa claro de reformas, y generoso para el PSOE, podría llevar a los socialistas a facilitar la investidura de un candidato del partido conservador.
Eso lo sabe el PP, y también Rajoy. No se habla de ello. Pero se toman posiciones. Las encuestas coinciden en que el PP será la lista más votada, pero otra cosa será si Rajoy puede o no aguantar.
Por ello, el candidato del PP ha comenzado a pedir la otra cabeza, la de Pedro Sánchez, que los barones socialistas podrían ofrecer al instante.
Los propios resultados del PSOE en Andalucía serán determinantes, para conocer si Susana Díaz es, realmente, el baluarte que necesita el partido.
Rajoy, desinhibido, lo deja caer. Puede ganar, y quedarse sin gobernar. Pero arrastrará con él a Pedro Sánchez.