Rajoy quiere llevar a España al modelo alemán antes de irse
El presidente en funciones se obsesiona para lograr una gran coalición con el PSOE y Ciudadanos y ser él quien decida a su sucesor al frente del PP
Con cierto cansancio. Preocupados, pero expectantes. Los empresarios recibieron este sábado a Mariano Rajoy como aquellos invitados que suelen pasar por casa a menudo. Ya saben dónde está el equipo de música, y el mando para subir o bajar el aire acondicionado. Y Rajoy sabe perfectamente lo que agrada más en el Círculo de Economía: que se reconozca el esfuerzo de las empresas catalanas para llevar a España a las cotas más altas de apertura del sector exterior, compitiendo nada menos que con la propia Alemania.
Es lo que hizo Rajoy en Sitges este sábado, para intentar atraer al empresariado catalán con una doble idea: que España tiene recorrido, si se mantienen las reformas y las políticas económicas de los últimos años, y que ese crecimiento se podrá garantizar con una gran coalición con los socialistas, con el concurso también de Ciudadanos, siguiendo el modelo de Alemania.
Uno de los empresarios que no se pierde una sola intervención de Rajoy lo resumía así: «Se ha avanzado mucho en los últimos años, eso se debe reconocer, aunque todavía no se puede decir que se haya superado la crisis, y Rajoy ha protagonizado ese cambio, otra cosa es si podrá o no evitar su propia salida del Gobierno».
Es decir, el choque que se producirá es muy evidente tras el 26 de junio: gobierno de coalición con Ciudadanos y el PSOE –participando en el Gobierno o desde fuera—pero con la petición de que Rajoy lo deje. Otro de los empresarios que escuchó a Rajoy en Sitges tiene claro que en una relación desigual, «pierde el más débil», y que eso pasa por dejar gobernar a Rajoy, porque Ciudadanos, el partido al que le caerá la mayor responsabilidad en la noche del 26 de junio, lo tendrá complicado para decir ‘no’.
A ese respecto, fuentes conocedoras de las conversaciones de Felipe González en las últimas semanas señalan que el ex presidente socialista le ha dicho a Albert Rivera que vaya pensando «lo que le dice a sus electores y militantes el día 27», porque, según González, deberá cambiar de opinión y ofrecer su apoyo al PP sin pagar el precio de la salida de Rajoy.
Eso no está tan claro. Otras fuentes, cercanas a la dirección del PP, aseguran que el problema no es tanto la salida de Rajoy como la forma para que eso se produzca, y que el mismo Rajoy, si ve que él es el gran obstáculo, se marchará. Eso sí, quiere ser él quien designe a su sucesor, quien elija a la persona que puede encabezar el Gobierno con el apoyo de Ciudadanos y del PSOE.
Soraya, en la récamara
Es relevante que Rajoy, en su intervención ante los empresarios en el Círculo de Economía, haya destacado la figura de Soraya Sáenz de Santamaría, al insistir en que tomó la decisión «de nombrar a una persona joven, a una mujer de 41 años, vicepresidenta del Gobierno». La citó sin nombrarla, en varias ocasiones, para señalar que en el PP se ha formado un equipo capaz de seguir la obra de gobierno de estos años.
Lo que sabe Rivera, de Felipe González, tal vez no lo haya trasladado a toda la dirección de Ciudadanos. El problema para la formación que se ha presentado como la voz de la regeneración política es que difícilmente podrá votar a favor de Rajoy, un hombre que, salpicado personalmente o no, ha liderado un partido con numerosos casos de corrupción, y que tiene a sus espaldas una larga carrera política.
El portavoz de Ciudadanos y cabeza de lista en Cataluña, Juan Carlos Girauta, señala que «Rajoy no puede encabezar una nueva etapa, porque si no es corrupto, sí que ha sido muy negligente con la corrupción».
El PSOE se prepara
La apuesta, también, de Pedro Sánchez por acabar con los «vetos» en la política española, aplaudida en el mismo foro del Círculo de Economía en Sitges este viernes, lleva a todos los actores hacia el mismo escenario: el pacto, la gran coalición, es necesaria y posible, y todo se centrará en la propia figura de Rajoy, «y en si tiene ya o no el nombre que le sustituirá al frente del PP».
Un empresario que le escuchó este sábado, lo tiene claro: «Será él, él sabe que no puede seguir, pero será él quien designe a su recambio, y creo que lo veremos».
Crecer por encima del 2,5%
Será también la forma de Rajoy de asegurar que se valore su legado. Para el presidente en funciones el salto de España desde 2011 ha sido enorme, aunque haya todavía muchas dificultades. Con comentarios constantes de elogio a los empresarios catalanes, «el salto en las exportaciones se debe especialmente a ustedes», Rajoy rechazó que la Comisión Europea pueda multar a España por el exceso de déficit.
«Lo que se ha conseguido es un año más para llegar al 3% de déficit, en 2017, y se hará». Eso sí, para seguir adelante, España debe adoptar el modelo alemán, de la gran coalición, que impera con el concurso de la CDU de la canciller Angela Merkel y el SPD, de Sigmar Gabriel. El modelo implica, también, la apuesta por las exportaciones, y el control del déficit.
Rajoy consideró que España puede crecer en los próximos años «en el entorno del 2,5% anual, y quizás, en condiciones propicias, por encima de esa cifra».
Sólo por detrás de Alemania
Sólo Alemania supera ahora a España, según los datos que ofreció Rajoy: «El peso de las exportaciones de bienes y servicios sobre el PIB ha marcado en 2015 un nuevo record, ha alcanzado el 33,1% frente al 28,9% de 2011, lo que significa que en relación al PIB España exporta más que los países del G7, siendo superada sólo por Alemania».
En el esquema de Rajoy no hay nada más, ni frentes del PSOE con Podemos y los nacionalistas, ni frentes de izquierdas protagonizados por los nuevos alcaldes, como Ada Colau o Manuela Carmena, a las que el presidente en funciones destrozó en su intervención en Sitges.
Pero para que se produzca lo que desea Rajoy, su persona es el principal obstáculo. Es lo que va madurando el líder del PP, de aquí hasta la noche del 26 de junio.