Rajoy impone el sacrificio autonómico
Catalunya deberá cerrar 2013 con 1,58% de déficit, y deja en el aire los presupuestos, Valencia se queda con el 1,6% y Madrid con el 1,07%
Volvamos a la realidad. Tras algunos datos alentadores de la economía española, como el aumento de las exportaciones, o el hecho de que en mayo la balanza comercial sea positiva, las agencias de ráting siguen vigilando. Y también la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. A España el gobierno comunitario le otorgó para 2013 un mayor objetivo de déficit, el 6,5%, en lugar del 4,5% inicialmente previsto. Pero quiere que lo cumpla.
Y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha visto las orejas al lobo. Los sacrificados, de nuevo, serán las comunidades autónomas, al entender el Ejecutivo español que debe preservar un mayor margen para la Seguridad Social y la administración central. El posible aumento del paro y las retribuciones de las pensiones preocupan a Rajoy.
El mensaje lo había interiorizado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y así lo ha trasladado a las comunidades autónomas, aunque con un peligro evidente: provocar, aún más, un incendio en Catalunya.
Del 0,7% al 1,58%
El gobierno catalán que preside Artur Mas esperaba un objetivo de déficit cercano al 2%, y se ha encontrado con el 1,58%, del todo insuficiente y que significa que la Generalitat deberá ajustar unos 2.650 millones en el presupuesto. Es cierto, sin embargo, y esa es la respuesta del Ejecutivo español, y que se admite en el seno del gobierno catalán, que se partía del 0,7%, y, después, del 1,3% aprobado para todas las autonomías.
Catalunya forzó un déficit a la carta, y lo ha conseguido, aunque se considere que el margen es todavía pequeño.
Pero esa decisión le ha costado al Gobierno central un disgusto y una erosión política importante, a pesar de haber permitido también a Valencia y Baleares, las dos gobernadas por el PP, mayores márgenes, del 1,6% y del 1,47% respectivamente. Valencia, como Catalunya, aspiraba a algo más, a un porcentaje entre el 1,7% y el 1,8%.
Madrid, en contra
Y es que la votación en el Consejo de Política Fiscal y Financiera ha sido complicada. Catalunya, Madrid, Asturias y Canarias han votado en contra del acuerdo. Andalucía, que logra un déficit del 1,58%, como Catalunya, se ha abstenido, junto con Aragón, Navarra y Extremadura. El País Vasco, consciente de su singularidad, ni ha asistido al encuentro.
La bronca estaba asegurada. Montoro, con la necesidad de cuadrar todos los porcentajes para que la media sea del 1,3%, ha dejado a Madrid con un déficit del 1,07%, y a Canarias con el 1,2%. El resto de autonomías se han quedado con el inicial 1,3%.
¿Pero, qué supone todo esto?
Mas, sin presupuestos
Si el incendio estaba en Catalunya, las llamas podrían ir a más. El Govern de Artur Mas tiene previsto tomar una decisión el próximo martes, sobre si presenta o no los presupuestos de 2013. Necesita a Esquerra Republicana, pero con los nuevos números lo tiene díficil. La intención, ahora, es prorrogar las cuentas, y pensar en el de 2014.
El problema es que Montoro ha dejado claro que para el próximo año todas deberán cumplir el 1% de déficit. Y sin márgenes asimétricos.
Los intereses de la deuda
Porque, volviendo a la realidad, la administración central ya ha alcanzado, en 2013, en sólo medio año, todo su objetivo de déficit, el 3,8%, sobre el total del 6,5% para el conjunto de las administraciones públicas. Hay más ingresos, sí, se reduce el gasto, también, pero los intereses de la deuda siguen incrementándose a pesar del mejor comportamiento de la prima de riesgo. Y el Gobierno no quiere sorpresas.
El conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, ha sido duro con Montoro, pero sin ofrecer ningún espectáculo. No lo puede organizar el Gobierno catalán, porque sea como sea, depende en estos momentos del Gobierno central. Y Mas-Colell es consciente, también, de que se partía del 0,7%.
Conflicto político
Pero el conseller sigue pensando lo mismo. “El Estado se ha quedado con una parte muy grande de la tarta”. Y, respecto a 2014, sin singularidades autonómicas, ha sido preciso: “Ha primado la uniformidad sobre la racionalidad”.
Las autonomías deberán ajustarse más. El Gobierno del PP lo tiene claro. Pero políticamente se puede avecinar un conflicto importante en Catalunya.