Rajoy conjura al PP: el sacrificio de Rato le permitirá sobrevivir
Todos los dirigentes ven "un asunto particular" la caída del ex vicepresidente económico y sacan pecho por combatir la corrupción
Todos a una. Para sobrevivir. Para tratar de llegar a las municipales y autonómicas del 24 de mayo con vida. Y, luego, ya veremos.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compañero en la bancada azul en el Congreso, y cómplice en los consejos de ministros bajo el mandato de José María Aznar, no quiere saber nada de Rodrigo Rato. Está «preocupado», según fuentes del PP, pero la orden es taxativa: es «un asunto particular», el Gobierno combate la corrupción, sea quien sea el corrupto, y a jugar.
Es decir, a esperar. Y todos conjurados para resistir, con la esperanza de que el mensaje cale en la opinión pública.
Una «ofrenda ritual»
Pudiera ser sorprendente. Pero no lo es en el caso de Mariano Rajoy. Así lo ha visto un analista político como Antón Losada, autor de Código Mariano, (Roca Editorial), en el que destripa la figura del presidente. Y considera que Rajoy ha «dejado caer» a Rato, «como una ofrenda ritual en aras de la transparencia».
Con esa decisión tomada, todos los dirigentes del PP corrieron este viernes a difundirla a los cuatro vientos. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmó, tras el consejo de ministros, que la detención de Rato «es un asunto particular», sin relación con el cargo público que desempeñó. Y que la Agencia Tributaria «funciona con independencia del momento o lugar, haya o no elecciones, o si afecta a un político de uno u otro partido».
Una investigación «de hace tiempo»
El mandato se reprodujo de nuevo, esta vez en boca del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. «No estoy para sentimientos personales, sino para aplicar la ley», afirmó, sobre sus sensaciones por la detención de Rato. Y, sin más, insistió en que la situación del ex vicepresidente económico de Aznar es fruto » de una investigación que se lleva desde hace bastante tiempo», y que no está relacionada con la amnistía fiscal a la que se acogió Rato, y que decidió impulsar el propio Montoro y Rajoy en 2012, con un fracaso rotundo.
Nadie en el Gobierno ‘conoce’ a Rato. No existe. Es un señor particular. Ahora la maquinaria del PP tratará de que ese mensaje sea creíble y de que los electores conservadores entiendan que no hay otras opciones políticas mejores. Antón Losada asegura que el PP «no tiene ningún discurso optimista, y se ha limitado a presentar una disyuntiva: las cosas no están demasiado bien, pero sin nosotros podrían estar peor». Y a esa apuesta parece que se agarra Rajoy para sobrevivir.
Rajoy no dará explicaciones en el Congreso
Montoro, por su parte, insistió en que la ley «es para todos», y que Hacienda es independiente. «La actuación de la Agencia Tributaria es completamente independiente, y todos tenemos que celebrarla. Si alguna persona no ha esclarecido correctamente lo que tiene, pues tiene poco tiempo para hacerlo», aseguró.
Como medida concreta, Montoro negó que conozca la lista de 705 personas que Hacienda decidió investigar con mayor fruición, dentro de las 31.000 que se acogieron a la amnistía fiscal. Fuentes de Hacienda aseguran que no tiene por qué saberlo. Entre esas 705 figura Rato.
El cierre de filas es total, aunque algunos dirigentes como Esperanza Aguirre, admitan que el caso les hará «daño». En cualquier caso, la orden de Rajoy implica que el PP rechazará la petición de la oposición, protagonizada por el PSOE, para que el jefe del Ejecutivo comparezca y dé cuenta del caso. «No tiene por qué, es un caso particular», cerró Sáenz de Santamaría.
El trofeo entregado es Rato. La esperanza de Rajoy es que sea suficiente para aguantar.