Quintana se harta del precio mínimo de la leche: «Me ponen una pistola en el pecho»
La conselleira de Medio Rural regaña a los medios y pasa de puntillas por las críticas del Gobierno
Si algo han conseguido los productores lácteos es poner en el centro del debate político la crisis del sector, que empuja poco a poco hacia el cierre a cientos de explotaciones gallegas. La reunión con Agricultura de este martes ha sentado las bases para un acuerdo de futuro entre los actores de la cadena de valor, pero las granjas necesitan medidas urgentes porque están «al límite», según lo definía Unións Agrarias tras el encuentro con García Tejerina.
Y de esas medidas nada. Las ayudas llegarán, pero no se sabe cuando. El precio mínimo está descartado, pese a que fue la solución adoptada por Francia. La conselleira de Medio Rural no quiere ni oir hablar de la propuesta, que defendieron los sindicatos agrarios. «Me ponen una pistola en el pecho y me piden que haga algo ilegal», lamentó.
Tras recordar la oposición de Europa a este tipo de medida, Quintana ha insistido en que la Administración ha proporcionado al sector «las herramientas para superar» esta situación y ha incidido en que deben ser ellos los que lleguen a un acuerdo, «exactamente lo que se hizo en Francia».
Reparto de mensajes
Agricultura dijo ayer que las competencias estaban transferidas a las comunidades autónomas y que eran ellas las que debían velar por la salud del mercado, el libre mercado que no se puede intervenir sin vulnerar la ley. Quintana no hizo alusión alguna al mensaje, si bien defendió el trabajo de la Xunta, que a su juicio, ha apostado por tener organizaciones fuertes en el sector y ha recordado que se han reforzado inspecciones para evitar la posibilidad de que se estén dando ventas a pérdidas. Son las dos líneas de las que habló Tejerina, comprometer a industria y distribución para que paguen la leche por encima de los costes de producción y fomentar la asociación de productores para crear explotaciones más fuertes.
La conselleira también pidió «no mentir a la gente» diciendo que «no se acepta ninguna de las medidas» propuestas por el Gobierno central y autonómico.
