Puigdemont llama a rebato el 1 de octubre para protestar en la calle
El presidente catalán inicia un proceso de protestas a partir de este domingo, con la Diada como gran catalizador y el 1 de octubre, vestido de referéndum
Reunión de Gobierno, anuncio en el Palau de la Generalitat, pero ninguna firma. Nada. El gobierno catalán que preside Carles Puigdemont ha anunciado este viernes que el referéndum se celebrará el 1 de octubre, y que preguntará si los catalanes quieren –sí o no– que Cataluña sea un estado independiente en forma de república. Pero no hay nada preparado. No se sabe nada sobre las garantías democráticas, sobre el censo, ni se tienen las 8.000 urnas necesarias, que ya deberían estar bajo custodio de la Generalitat.
El intento de Puigdemont es ofrecer al independentismo un horizonte de protestas, dando por sentado que no podrá celebrar el referéndum, porque lo impedirá el Gobierno central, que dispone de diferentes medidas, “siempre de forma proporcional”, como asegura el presidente Mariano Rajoy. Ante eso, el itinerario pasa por buscar grandes movilizaciones en la calle para que sea la Comisión Europea la que reclame al Gobierno español que ofrezca una salida política.
En una comparecencia con todos los diputados de Junts pel Sí y la CUP, y al lado de Oriol Junqueras, el presidente Puigdemont ha aprovechado para lanzar un mitin en contra del Gobierno de Rajoy, y asegurar que se había llegado a esta situación por el rechazo al ejercicio del voto, por no permitir que los catalanes puedan votar. Las formas tampoco importan, y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, presidenta de todos los diputados de la cámara, estaba junto a Puigdemont, asintiendo sus palabras.
Puigdemont afirma que Cataluña tiene derecho a la autodeterminación, porque es una «nación milenaria»
Ese es el principal argumento del soberanismo, desde el inicio del proceso, hace cinco años. Puigdemont aseguró que Cataluña “tiene derecho a la autodeterminación como nación milenaria”, dejando de lado cualquier consideración jurídica o lección de los historiadores.
El gobierno catalán contará con lo puesto, con Junts pel Sí y la CUP, después de fracasar en la búsqueda del apoyo de Els Comuns, el partido de Ada Colau, que rechaza un referéndum unilateral, que no sea acordado con el Estado, porque sólo de esa manera tendrá todas las garantías democráticas.
Ese hecho, sin embargo, abre otra posibilidad, que será la opción final de Puigdemont y de Junqueras. Els Comuns sí apoyarán una gran protesta, una movilización para denunciar que el Gobierno no quiere acordar un referéndum. Lo apuntó Xavier Domènech, y también el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Es decir, se convertirá el día del referéndum, –ahora ya se sabe que será el 1 de octubre– en una gran movilización en la que participará el bloque partidario de la independencia de Cataluña y el bloque de Els Comuns, que desean un referéndum pactado, y cuyo electorado se haya dividido entre favorables y contrarios a la independencia.
Será en agosto cuando lo anunciado debe trasladarse a un documento jurídico, y entonces actuará el Estado
En un día en el que se han conocido los resultados de las elecciones del Reino Unido, con una pérdida notable de apoyo para el independentismo escocés, Puigdemont ha dado paso a la recta final del proceso soberanista, que tendrá su momento culminante en las dos semanas finales de agosto, cuando lo expresado este viernes, sin firmar nada, deberá tener una traslación jurídica, que es lo que está esperando el Gobierno español para actuar.
Las incógnitas son grandes todavía. Junts pel Sí y la CUP desean aprobar la Ley de Transitoriedad Jurídica que dará cobertura al referéndum, y la ley que emane para la consulta la podrían suscribir la totalidad de los diputados soberanistas. Quedará el decreto de convocatoria, que deberá esclarecer quién firma, si sólo el presidente de la Generalitat o el propio Puigdemont y también el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras. Pero ahora de lo que se trataba era de cohesionar al movimiento independentista, con ese horizonte en las retinas, Diada del 11 de septiembre y 1 de octubre.