PP, PSOE, Podemos: las guerras internas que desatarán las elecciones
Pablo Casado intenta sacar partido de una victoria de Feijóo; Gonzalo Caballero se juega el liderazgo del PSdeG y Galicia en Común, su espacio político
No todos los partidos ni todos los candidatos llegan igual a las elecciones de este domingo, que además de decidir quién pilotará la Xunta los próximos cuatro años y, por tanto, la reactivación económica tras el coronavirus, dibujarán el escenario sobre el que se producirá la renovación de liderazgos y el nuevo mapa político de Galicia.
Aparentemente, solo dos líderes llegan consolidados al frente de sus formaciones. Ana Pontón, la candidata del BNG, que ha conseguido resucitar a su partido tras años perdiendo apoyos y que podría disputarle al PSOE la segunda plaza en las elecciones; y Alberto Núñez Feijóo, que encara sus cuartos comicios con perspectivas, dicen las encuestas, de lograr su cuarta mayoría absoluta.
El pulso entre Feijóo y Casado
Pero ni siquiera el gran barón autonómico del PP está al margen del ruido interno. Pablo Casado, que acumuló actos en campaña, se prepara para rentabilizar una victoria en Galicia que, tras varios reveses electorales, le permita ganar cuerpo como alternativa a Pedro Sánchez. En Madrid se esmeran para trasladar el mensaje y vincular al presidente del partido con Feijóo, una figura que puede ensanchar su electorado.
Esta teoría, sin embargo, tiene un reverso, pues Casado ha mantenido claras discrepancias con el dirigente de Os Peares, que ha cuestionado el giro a la derecha del partido; se ha opuesto a la portavocía de Cayetana Álvarez de Toledo; ha obviado el argumentario de Génova; y no es visto por la dirección como un apoyo interno, sino todo lo contrario.
Una victoria de Feijóo cuando las mayorías absolutas están en peligro de extinción no es la situación más cómoda para Casado, que este jueves dijo en un acto de campaña que el líder del PP gallego siempre antepone los intereses «de sus paisanos» a los del partido. Una derrota daría el pistoletazo de salida a la retirada de Feijóo de la primera línea política y a la renovación del PP de Galicia.
El tenso espacio político que habita Podemos
Galicia en Común –alianza entre Podemos, Esquerda Unida, Anova y las mareas municipalistas—vive una paradoja. Las encuestas apuntan a un hundimiento en las elecciones donde más protagonismo ha tomado Podemos, copando los primeros puestos de las listas y con un candidato afín a Pablo Iglesias, Antón Gómez-Reino. Sin embargo, es también la formación morada la mejor posicionada para dominar un espacio político que llegó a ostentar las alcaldías de A Coruña, Santiago y Ferrol y a convertirse en primera fuerza de la oposición a Feijóo, pero que en cuatro años se ha deshilachado por la pérdida de apoyos y las disputas internas.
Gómez Reino no asegura el éxito electoral, pero sí cierto orden sobre el que Iglesias pueda renovar el proyecto político en Galicia, teniendo en cuenta que también las mareas municipales arrastran problemas de cohesión. Anova, la pata nacionalista de la alianza, ha quedado desdibujada en la candidatura –Martiño Noriega es el número 3 por A Coruña y podría no conseguir el acta– y tendrá que decidir qué rumbo tomar a partir del domingo. El espacio de confluencia y rupturista que inauguraron Xosé Manuel Beiras y Yolanda Díaz –sin duda, el principal activo que tiene la confluencia– encara un fin de ciclo.
PSOE, un liderazgo a prueba
Tampoco son buenas las encuestas para Gonzalo Caballero, el candidato socialista a la Xunta. Se hizo con la secretaría xeral del PSdeG hace solo dos años y medio y apenas tuvo tiempo para confrontar con Núñez Feijóo en el Parlamento gallego, donde irrumpió el año pasado. Aunque todo apunta a que mejorará los 14 diputados obtenidos por el PSdeG en 2016, todo apunta a que no será con la fuerza suficiente como para consolidar su proyecto en un partido al que le cuesta horrores cohesionar sus familias internas.
A priori, Pedro Sánchez tiene mucho que ganar y poco que perder en las elecciones gallegas, feudo que ha dominado el PP con mayoría absoluta los últimos once años. Sin embargo, un hipotético sorpasso del BNG sería difícil de resistir para Caballero.
Fin de ciclo para Ciudadanos
A pesar del buen debate realizado por Beatriz Pino, las encuestas dejan a Ciudadanos fuera del Parlamento gallego, ahondando en la crisis de un proyecto político que nunca llegó a cuajar en Galicia. La formación naranja afronta una inevitable reconstrucción que tendrá como primer damnificado al secretario de organización, Laureano Bermejo, y de la que podría salir bien parada Pino, afín a Inés Arrimadas.