Portugal pide a los empresarios que suban los salarios para “hacer crecer la economía”
El primer ministro portugués, António Costa, sostiene que los empresarios deben hacer un “esfuerzo” para garantizar el aumento de los sueldos de la misma forma que lo hace el Estado con los funcionarios públicos
Subida de salarios de los trabajadores. Es el «esfuerzo» que el primer ministro de Portugal, António Costa, pide a los empresarios que hagan para «hacer crecer la economía».
«Es necesario que la economía crezca para que los salarios crezcan, pero el crecimiento de los salarios también hace crecer la economía», afirmó Costa este fin de semana en un congreso en Lisboa de la Tendencia Sindical Socialista en el que participó como secretario general del Partido Socialista luso (PS).
«Así como el Estado no puede dejar de contabilizar los aumentos de funcionarios, las empresas tampoco lo pueden dejar de contabilizar, pero debe haber un esfuerzo común de todos para mejorar los ingresos”, añadió, según recogieron medios locales.
A su criterio, la crisis inflacionaria y la interrupción del aumento de los ingresos son «la mayor amenaza» para el crecimiento de la economía.
Portugal registra una inflación que se encuentra en los niveles más altos en 30 años y un salario mínimo que se sitúa en 760 euros.
Ante las «quejas» de algunos empresarios por la falta de trabajadores, Costa, que gobierna con mayoría absoluta desde hace un año, abogó por que «reorganicen» los horarios laborales y apuesten por una «mayor conciliación entre la vida persona y familiar» y «horarios más compatibles».
Protestas por el precio de la vivienda
Sobre las protestas que se convocaron este sábado en diferentes ciudades del país por los altos precios de las viviendas, Costa alegó que, en «una democracia plural», la «contradicción existe».
El Gobierno dio esta semana luz verde a su plan de vivienda, con polémicas medidas como el alquiler forzoso de casas desocupadas, el fin de las Golden Visa o grandes limitaciones a los apartamentos turísticos, que ha recibido críticas de partidos, alcaldes, asociaciones y hasta del presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa.
Los manifestantes de este fin de semana consideraron insuficientes estas medidas y pidieron cambios «coyunturales». En Lisboa, la marcha concluyó con un enfrentamiento entre los presentes y la policía, con daños materiales en varios establecimientos comerciales y con dos policías con contusiones leves.