¿Por qué el PSOE pactará con el PP tras las elecciones generales?
El sondeo del CIS marca una tendencia, la victoria del PP y la posibilidad de que los socialistas se queden descolgados, a la espera de lo que ocurra en Andalucía
La gobernabilidad de España se jugará en los próximos meses en dos capitales, en Atenas y en Sevilla.
Las negociaciones del Gobierno griego con las instituciones europeas, con el apoyo ya alcanzado por parte de los mandatarios francés e italiano, Hollande y Renzi, podrían provocar un cambio de rumbo en Europa. Una política económica menos severa, con la ayuda del Banco Central Europeo, también sería positivo para el Gobierno de Mariano Rajoy y, principalmente, para el PSOE, que podría apoyar a los conservadores con menos manías si se permite una cierta flexibilidad en los planes de austeridad.
Si Rajoy abre la mano, tras las elecciones generales, en otro contexto europeo, el PSOE se verá más cómodo para ejercer de socio del PP.
Ningún acuerdo para desbancar al ganador
La otra capital, la andaluza, marcará el estado real de los socialistas, tras el adelanto electoral, –la fecha es el 22 de marzo– decidido por la presidenta Susana Díaz. Si se consigue una victoria razonable, los socialistas podrán encarar las elecciones autonómicas y municipales de mayo con algo de optimismo.
Los expertos consultados aseguran que esas serán las claves para conocer si el PSOE se acabará resignando al papel que la sociedad española le puede destinar: ser la parte no mayoritaria de un gran pacto con el PP.
¿Por qué? El politólogo Oriol Bartomeus destaca –como algunos dirigentes del PP también consultados– que la cultura política española «no tolera un pacto contra el ganador de unas elecciones, y el PP está afianzando su primera posición, porque está ahora mejor que hace un año».
La otra circunstancia es que Podemos difícilmente entregaría la presidencia del Gobierno al candidato del PSOE, fuera Pedro Sánchez o quien pueda ganar las primarias internas convocadas para el mes de julio. Y los resultados de los sondeos, el último, el del CIS de este miércoles, muestran que, tanto en intención directa de voto, como en voto final, tras la cocina pertinente, Podemos ha pasado por delante del PSOE.
Pensionistas y obreros no cualificados, cada vez menos con el PSOE
Hay algunos datos muy preocupantes para los socialistas, al margen de si Pedro Sánchez se consolida o no como líder del partido.
El CIS de este miércoles señala que el 30% de los que quieren votar a Podemos provienen del PSOE; el 16,7% de la abstención; el 14,4% de IU, y el 8,8% del PP. Es decir, los socialistas son los grandes perjudicados del ascenso de Podemos, y los dos partidos actúan como vasos comunicantes.
Pero el problema se acentúa cuando se analiza el voto de los pensionistas o de los obreros no cualificados. El voto de Podemos se refuerza en las franjas más jóvenes, pero ha entrado entre esos dos colectivos que tradicionalmente se han inclinado por el PSOE.
Entre los pensionistas, en el barómetro de octubre, el 23,80% optaba por el PSOE. En el sondeo de enero, ese porcentaje baja al 19,50%. En el caso de Podemos, se pasa del 9,2% al 12,4%. El PP también aumenta, y pasa del 21,40% al 27,30%.
Respecto al colectivo de trabajadores no cualificados, la caída del PSOE es enorme: de un apoyo del 21,20% pasa al 13,40%. Podemos, en cambio, aumenta y pasa del 19% al 27,30%. Incluso el PP aumenta ligeramente, del 9,30% al 11,60%.
Los jóvenes, también con Podemos
Podemos aumenta sus apoyos en todas la franjas de edad. Entre los 18 y 24 años, el aumento es del 8,2%; entre 25 y 34, del 2,6%; entre 35 y 45 del 2,3%; entre los 45 y 54, sólo del 1,2%; pero entre 55 y 64, el apoyo aumenta un 2,5%, y sólo se le resiste entre la franja de 65 años y más mayores, en la que sólo sube un 0,8%.
Con todos estos elementos, Bartomeus señala que el dilema puede ser terrible para los socialistas. Pero en la calle madrileña de Ferraz se confía en el revulsivo andaluz, aunque, al mismo tiempo se va preparando el terreno, con el pacto alcanzado en materia antiterrorista entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, que ha dejado en el aire la pena de la cadena perpetua.
El PSOE ha secundado la medida, aunque se haya acordado la posibilidad de modificar esa cuestión. Sánchez aseguró en su intervención en el Círculo de Economía en Barcelona que estaba abierto a otros pactos. Y un dirigente socialista admite que «los acuerdos con el PP no son negativos por sí mismos, hay que ver que sé acuerda y por qué y explicarlo».
Es decir, comienza la cuenta atrás para un gobierno entre el PP y el PSOE, sea como gran coalición, o con el apoyo parlamentario socialista, a falta de sorpresas mayúsculas.