Los planes para el Pazo de Meirás lejos de la familia Franco
Instituciones gallegas están dispuestas a acudir a la justicia para recuperar la titularidad del Pazo de Meirás, que podría lograr Patrimonio Nacional
La familia, Franco, tras el fallecimiento de la única hija del dictador, parece haberse hecho a la idea de no contar ya más con el Pazo de Meirás para sus estancias estivales. Los herederos han puesto a la venta el inmueble, pero las administraciones gallegas luchan por dejar sin efecto la compraventa del inmueble y están dispuestas a iniciar una batalla judicial para arrebatarles este Bien de Interés Cultural y devolverlo al dominio público.
En esta batalla, la Presidencia del Gobierno juega un papel determinante, ya que Patrimonio Nacional es la entidad que, en última instancia, podría reclamar la titularidad de la finca situada en el concello coruñés de Sada. Al menos así lo creen los juristas que, a petición de la Junta Pro Devolución del Pazo (JPDP), liderada por la Deputación de A Coruña, han elaborado un informe en el que analizan el proceso por el cual los Franco se hicieron con la propiedad.
Según sus conclusiones, el Pazo de Meirás fue una cesión al entonces jefe de Estado, tal y como certifican varias pruebas documentales que datan del año 1938. Sin embargo, la familia se aferra a un contrato de compraventa posterior, del año 1941, que las administraciones gallegas tratarán de dejar sin efecto por considerar que se trata de una «compra simulada».
Donaciones ilustres
El camino judicial puede ser largo, pero de confirmarse que se trató de una donación al jefe del Estado (que no a Francisco Franco a título personal, como sí recoge el contrato de compraventa), el futuro del Pazo de Meirás podría ser similar al que hoy tienen algunos bienes que, en un momento u otro, formaron parte de Patrimonio Nacional.
El caso más reciente es el de la residencia real de La Mareta, en Lanzarote. Se trata de un inmueble ordenado construir por el rey Hussein I de Jordania a finales de los 70 y obra del artista local César Manrique. En la década siguiente, el monarca se la regaló al entonces jefe de Estado español, Juan Carlos I, quien la cedió a Patrimonio Nacional, y que desde entonces ha albergado a personajes políticos de la talla del canciller Helmut Kohl, el expresidente soviético Mijaíl Gorbachov, o los presidentes José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, entre otros.
Éste debería haber sido el proceder con el Pazo de Meirás. Es decir, una vez donado, que fuese cedido a Patrimonio Nacional. Sin embargo, Franco no lo incluyó en el listado de bienes cuando en 1940 promulgó una nueva Ley de Patrimonio Nacional. El porqué está por aclararse. Quizá los jueces puedan poner algo de luz sobre esta cuestión. Por lo de pronto, la Deputación de A Coruña prepara ya una moción para instar a esta institución a reclamar el bien.
Deseado por muchos
Si se consigue recuperar el inmuble para el dominio público, es posible que la disputa por la titularidad tenga más recorrido. El propio Concello de Sada, donde se ubica el pazo, se ha mostrado dispuesto a pelear para que pase a ser un bien municipal. En este caso tiene un buen precedente: el palacio barcelonés de Pedralbes.
Pedralbes fue cedido en 1926 por el alcalde de Barcelona a la Casa Real y Patrimonio de la Corona (equivalente de la época de Patrimonio Nacional) con el fin de que hiciera uso de él la familia real en sus visitas a la ciudad. Alfonso XIII solo lo pudo emplear en un par de ocasiones antes de que se proclamase la II República.
Durante la dictadura, Franco también se alojó en sus dependencias, pero en 1960, Patrimonio Nacional llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento barcelonés para cederle nuevamente la titularidad, que desde hace algo más de la pasada década está en manos de la Generalitat. La Xunta, la Diputación y el Concello de Sada suspiran para que algún día suceda lo mismo o algo similar con Meirás. Lo que tienen claro es que lo quieren lejos de los Franco.