Pilar de Lara se defiende: “Tuve que soportar insultos y amenazas”

La jueza habla de una “doble vara de medir” tras esperar nueve años por la sentencia contra un guardia civil que la insultó y amenazó

La jueza Pilar de Lara /EFE

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Aunque normalmente es su abogado, Agustín Azparren, quien traslada la posición de la jueza Pilar de Lara respecto al expediente del Consejo General del Poder Judicial que la apartará de su puesto en los juzgados de Lugo por “dilaciones indebidas” en sus procedimientos, esta vez la magistrada ha decidido romper con su silencio.

A través de su cuenta de Facebook, Pilar de Lara, ya suspendida en sus funciones, manifiesta que hubo de soportar “reiterados insultos, amenazas, y descalificaciones realizadas en un foro de guardias civiles, llamado el Faro Verde”, administrado por la Asociación Unificada de Guardias Civiles.

La magistrada explica que le dedicaron calificativos como “zorrón”, “payasa”, “perturbada mental”, “golfa”, “rata de cloaca” o “loba depredadora” debido a su instrucción de la conocida como Operación Carioca, una causa que investiga una red de proxenetismo presuntamente protegida por agentes y clientes de los prostíbulos. «Dado el tenor de los calificativos, es obvio que los insultos atentaban, no solo a mi condición de juez sino que constituían un ataque frontal y directo a mi condición de mujer», razona.

 

La reciente sentencia de la Audiencia Provincial condenando al Guardia Civil que profería los insultos contra la magistrada, sirve de excusa a la magistrada para preguntarse si no hay una “doble vara de medir” en el trato que le dispensó el Consejo General del Poder Judicial cuando la suspendió y la apartó de su plaza en Lugo.

“La Audiencia rebaja ligeramente la sanción. Pero no porque los hechos no revistan suficiente gravedad, sino, por apreciar dilaciones indebidas. Y aqui es donde quiero ir a parar. Esta causa se inició por denuncia presentada en 2010 y se enjuició en 2019. Pues bien: Las víctimas sólo éramos tres; los investigados, sólo dos; este procedimiento no es macrocausa; ni tampoco es causa que revista ninguna clase de complejidad. Sin embargo, el procedimiento duró 9 años. Sí, 9 años. Creo que no es necesario realizar mayor comentario. ¿Doble vara de medir?”, escribe la magistrada.

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