Pedro Sánchez: dos días en Cuba y desbloqueo del brexit
El buen saldo del viaje a Cuba se complementa con el mérito del ultimátum al acuerdo del brexit, que encaja justo en la recta final de la campaña andaluza
El viaje relámpago de Pedro Sánchez a La Habana ha servido por lo menos para tener una foto remake y remedo de la que se hicieron el Rey Juan Carlos y José María Aznar, entonces presidente del Gobierno, en noviembre de 1999. Hace justo 19 años.
Entonces no era una visita de Estado porque ambos, el Rey y Aznar, acudían a la reunión iberoamericana. No fue un desastre porque salvó la cara de España el Rey Juan Carlos. Derrochó simpatía y fair play en donde Aznar estuvo permanentemente desabrido.
La cosa llegó a tal punto que Aznar se levantó de la mesa antes de los postres, en la comida oficial de la cumbre, celebrada solemnemente en el Club Habana, y se fue a pasear solo por la playa ante el asombro de todos los presidentes iberoamericanos.
De momento es un brindis al sol hablar de proyectos españoles en Cuba en sectores estratégicos
La foto famosa de aquel viaje fue en el mismo escenario que en estos días. Paseando por La Habana vieja. La diferencia es que entonces, Aznar con corbata y sin chaqueta, miraba con cara de asco a su alrededor durante todo el recorrido.
Sánchez, también en mangas de camisa como el actual presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, sonrió en gestos absolutamente cómplices y distendidos.
Los dos, en un hecho que no tiene precedentes en Cuba, iban acompañados por sus respectivas esposas, Lis Cuesta y Begoña Gómez. Es la primera vez que la esposa de un presidente de Cuba tiene este protagonismo que ha sido interpretado como un acto de deferencia hacia la mujer del presidente español.
Sánchez convalida las reformas cubanas
El contenido de la visita ha sido acorde con su breve duración. Cena de honor en el Palacio de la Revolución y una larga conversación entre los dos presidentes. La visita, calificada de «histórica» por el presidente español, ha servido para convalidar las reformas emprendidas por el nuevo mandatario cubano.
El presidente español tuvo una reunión con el foro empresarial hispano cubano y los empresarios que le acompañaban en su viaje. El tema estrella, la deuda de más de 300 millones pendientes de pago por la administración cubana a distintas empresas españolas. Sánchez se comprometió a buscar una solución con las autoridades cubanas.
Moncloa ha querido dar importancia al compromiso abstracto del Gobierno cubano de buscar nichos de mercado para inversiones españolas en sectores fundamentalmente de infraestructuras, como ha informado este periódico en los últimos días.
De momento es un brindis al sol hablar de proyectos españoles en estos sectores estratégicos. Es un universo virgen, en el que la modernización de la red viaria, del ferrocarril y de infraestructuras básicas está paralizada prácticamente desde el final de la cooperación soviética.
No son proyectos lo que faltan, sino financiación en un país que tiene una dificultad extraordinaria para obtener divisas para infraestructuras imprescindibles para su desarrollo económico.
Victoria en el brexit en el ecuador de la campaña andaluza
El mérito añadido al buen saldo del viaje es la permanente tensión en la que ha estado el presidente del Gobierno, pendiente en todo momento de la evolución de las negociaciones del brexit en una cumbre, la de hoy en Bruselas, que ha estado a punto de suspenderse por las diferencias que parecían insalvables en lo relativo a Gibraltar.
Este sábado, hasta entrada la tarde, cuando el presidente Sánchez compareció en la Moncloa, recién aterrizado de La Habana, la posición española fue de veto a las resoluciones de la cumbre que se está desarrollando hoy en Bruselas.
Las conversaciones celebradas por Sánchez, en pleno vuelo de regreso de Cuba, con Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, lograron solventar el ultimátum español. Pero no se puede obviar que una parte importante del dramatismo con el que el presidente español amenazó con vetar el acuerdo es en clave interna española.
Sánchez saludará desde Bruselas como el líder que consiguió modificar el acuerdo del brexit a último momento
En el ecuador de la campaña electoral andaluza, Sánchez ha escenificado una posición cuasi heroica para defender algo con tanta carga patriótica como el futuro del Peñón de Gibraltar. Pero no se puede discutir que la puesta en escena del desafío le ha salido muy bien al presidente del Gobierno.
Hoy domingo, Sánchez podrá saludar la campaña andaluza desde Bruselas como el líder que consiguió modificar el acuerdo del brexit en el último minuto y garantizar que pasará por España cualquier asunto que tenga que ver con el desarrollo del brexit con la Unión Europea en todo lo relativo a Gibraltar.
El Gobierno español busca llenar huecos en la UE
Habría que añadir a esta crónica la oportunidad que le brinda a España el desarrollo de todos estos acontecimientos. Es una mixtura de recuperación de un papel central en las relaciones de la UE con Latinoamérica, donde Cuba es una pieza que tiene mucha más densidad que la que pudiera deducirse del tamaño de la isla y de su economía.
Al mismo tiempo, la consumación del brexit, si logra superar Theresa May los peldaños que le quedan por subir en el parlamento británico, hará subir automáticamente la importancia de España en la UE, aunque solo fuera por el hueco que deja el Reino Unido y la complicada situación italiana. Hace falta que el gobierno español acierte en la forma de ocupar ese espacio.
Con estos sobresaltos empieza la recta final de las elecciones andaluzas. Sin duda, trascendentales por el impacto que tendrán en la política nacional y como factor determinante para la confección del diagrama electoral de las próximas elecciones, que además de autonómicas, municipales y europeas, puede que sean también generales.