Parir en plena pandemia: un protocolo distinto en cada hospital
A Coruña alienta la intervención en el parto mientras la Xunta admite carecer de un protocolo unificado y remite al Ministerio de Sanidad
La Xunta no tiene un protocolo unificado para atender los partos en cada hospital. El Sergas remite a las pautas establecidas por el Ministerio de Sanidad para mujeres embarazadas y neonatos, pero en la práctica, cada centro está implementando prácticas distintas. Esto afecta a aspectos muy importantes en la atención hospitalaria, como la posibilidad de la madre de estar o no acompañada.
Un nutrido grupo de colectivos –Embarazas Galicia, Alecría, Bico de Leite, Maternidades Feministas de Compostela y las secretarías de Igualdade de CUT y CIG, Rede Cría, Asociación Teta e Coliño, Alma, Asociación BBTTA y Azos Feministas– han denunciado “la situación de desconcierto y discriminación” que sufren las futuras madres en Galicia y han reclamado a la Consellería de Sanidade que se «unifiquen los protocolos de actuación» en todos los hospitales y «se garantice –si la clínica de madre e hijo lo permite– el acompañante a todas las embarazadas en la dilatación y en el parto», así como «el piel con piel», la «no separación» de la madre e hijo y el «alojamiento conjunto y apoyo a la instauración de la lactancia materna».
Qué dice el Sergas
Estas entidades aseguran que las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, de las asociaciones de matronas y de la OMS son «muy difícil de alcanzar en los hospitales gallegos». El Sergas, en cambio, sostiene que “en lo relativo al manejo clínico de las mujeres gestantes y los recién nacidos, los centros ajustan sus actuaciones a lo establecido por el Ministerio de Sanidad en el protocolo específico para mujeres embarazadas y neonatos».
El Gobierno gallego se limita a recordar que ese documento dice que la vía y momento del parto «debe de ser evaluada teniendo en cuenta, en primer lugar, el criterio obstétrico, si el estado de salud de la madre no permitiera un parto vaginal; y, en segundo lugar, el principio de precaución y de protección para el personal que la asiste».
El eufemismo del “manejo activo del parto”
A pesar de que la recomendación general es la presencia de un único acompañante, en el área sanitaria de Ferrol reconocen que no se lleva a cabo de esta manera. «Atendiendo a la máxima seguridad de los acompañantes y de los propios trabajadores en esta situación tan excepcional, se minimizan al máximo los contactos posibles», señalan fuentes del área sanitaria, que explican que las mujeres están acompañadas “por una matrona” y que se les permite “contacto en remoto audiovisual”. Dicho de otra manera, no se permite acompañante a no ser que se considere como tal al personal sanitario.
En A Coruña van un paso más allá. El protocolo de parto del área sanitaria de A Coruña y Cee, con fecha del 20 de marzo, recomienda a las gestantes «acudir sola» a los recintos sanitarios y proponen un «manejo activo del trabajo de parto» , es decir, se propugna la intervención en el parto.
El Sergas asegura que no tiene constancia de un incremento de las cesáreas durante el estado de alarma por el coronavirus, si bien tampoco dispone de datos pues la codificación hospitalaria tarda “dos meses” en actualizarse. Tampoco se trataría de cifras definitivas, pues “el manejo activo” incluye otras prácticas como el parto inducido, por ejemplo.
La recomendación de las matronas
La Asociación Galega de Matronas (Agam) recuerda que las embarazadas «tienen derecho» a estar acompañadas por la persona que elijan, siempre y cuando no tengan síntomas de coronavirus, durante el proceso en el hospital.
Precisamente, la Confederación Internacional de Matronas (International Confederation of Midwives) ha incidido en que los derechos de las mujeres en el parto «deben de ser respetados durante la pandemia del coronavirus», pero muestra su «preocupación por que en países como España se están violando derechos humanos de las mujeres, bebés y de las matronas».
Señalan que se han «implantado protocolos inapropiados de atención al embarazo, parto y atención postnatal», que «no se basan en la evidencia acreditada actual y «son perjudiciales para las mujeres y sus bebés».