Nuevo PSOE: asambleario y centralista a la medida de Sánchez
Pedro Sánchez controlará el partido al máximo a partir del fin de semana, cuando el Comité Federal de luz verde al nuevo reglamento
Probablemente, la crisis catalana ha estado retrasando la reforma orgánica del PSOE, pendiente desde que Pedro Sánchez ganara las elecciones primarias para volver a ser secretario general de los socialistas.
Este sábado, en el Comité Federal del partido se aprobará un modelo organizativo que consagra el poder omnímodo del secretario general, margina de la participación en las grandes decisiones a los llamados barones territoriales y organismos intermedios, estableciendo una comunicación y comunión del líder con los militantes que prácticamente serán el único control intermitente sobre las decisiones del secretario general.
El nuevo reglamento del PSOE establece una relación directa del líder del partido con sus militantes en la mejor tradición populista, con un modelo asambleario que anula la estructura orgánica de representación existente y convierte al PSOE en un partido centralista sin representación efectiva de las federaciones de las autonomías. El partidario de la España plurinacional anula el carácter representativo federal sin poderes interpuestos entre el líder y los militantes.
El Comité Federal del partido aprobará un modelo organizativo que consagra el poder omnímodo del secretario general
El referéndum se convierte en el instrumento del líder para esquivar los controles internos en donde los militantes individualmente ejercerán una democracia interna sin contrapesos de los líderes territoriales.
Es un modelo muy parecido al de Podemos: cada militante individualmente se expresa a través de consultas y decide la vida interna del partido y el rumbo y aplicación de las políticas del PSOE. Leyendo detenidamente el proyecto, traslada la sensación de que ha sido diseñado solo para que no vuelva a ocurrir que Pedro Sánchez se vea obligado a dimitir por una desautorización del Comité Federal.
Con el nuevo reglamento, los militantes individualmente ejercerán una democracia interna sin contrapesos de los líderes territoriales
Ningún líder del PSOE quiere pronunciarse en contra poniendo su identidad por delante. Hay elecciones municipales, autonómicas y europeas a la vista y los potenciales disidentes prefieren mirar para otro lado.
Un líder territorial consultado con compromiso de mantener oculta su identidad ha sido rotundo: «Resulta sorprendente que Pedro Sánchez, partidario de la España plurinacional, acabe con la cultura orgánica federal y establezca un modelo absolutamente centralista.» Al igual que ocurre en Podemos, las políticas de alianzas serán decididas por los militantes en las consultas realizadas al efecto.
Los líderes territoriales consultados, que en su mayoría se alinearon con Susana Díaz en las elecciones primarias, no quieren hacer declaraciones públicas. No tienen interés en dar la sensación de que se reedita la pugna que sostuvieron en la anterior etapa con Pedro Sánchez que condujo a que este presentara su dimisión en el Comité Federal el 2 de octubre de 2016. No existe noticia de resistencia organizada a este rotundo cambio del modelo organizativo que ha sido la esencia del partido.
Los líderes territoriales no quieren hacer declaraciones públicas sobre los cambios que se avecinan en el PSOE
No existe información precisa sobre si se producen movimientos de conexión entre miembros del Comité Federal antes de la cita del fin de semana. Si los hay, son discretos. Sensación de que en el actual status quo nadie quiere significarse. La máxima expresión de disconformidad ha sido indirecta. Por problemas anteriores de agenda, Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general de la federación más numerosa y poderosa del partido, no acudirá a la reunión que presumiblemente aprobará el radical en la organización del PSOE.
El «nuevo PSOE«, así lo define reiteradamente Pedro Sánchez en todas sus intervenciones públicas, rompe con la tradición orgánica que ha existido en sus más de ciento cincuenta años de historia, donde el equilibrio de los poderes internos estaba garantizado por la democracia estructurada en los distintos ámbitos territoriales.
Una tradición que obligaba al pacto como mecanismo de toma de decisiones en donde la militancia se manifestaba en los órganos internos, desde la agrupación local, pasando por los congresos de cada federación, hasta llegar al Congreso del Partido. En esos congresos, se elegía al secretario general, a la comisión ejecutiva y al Comité Federal, constituido en garante de las decisiones del partido hasta el próximo congreso.
El «nuevo PSOE» rompe con la tradición orgánica que ha existido desde hace más de cien años
Lo sucedido el 2 de octubre de 16, cuando Pedro Sánchez llegó al Comité Federal con la mitad de los miembros de su Comisión Ejecutiva dimitidos y antes de votar una moción de censura que garantizaba su dimisión y optó por presentarla, sea imposible, porque ahora el secretario general solo podrá ser revocado a petición directa de la militancia si pierde la consulta realizada al efecto y convocada a petición de al menos un veinte por ciento de la militancia.
El Comité Federal pierde la esencia que había tenido hasta ahora. Con el nuevo reglamento, ya no es la máxima autoridad del partido entre congresos. Ahora el nuevo líder del PSOE solo responde ante las bases del Partido sin que el órgano por excelencia de control, que históricamente ha sido una garantía sagrada, tenga poderes efectivos claros.
El nuevo reglamento también rebaja el número de avales para presentarse a unas elecciones primarias
El resto del reglamento es una detallada regulación de la participación de la militancia en las consultas de las que dependerá el rumbo del partido, su política de alianzas, las primarias para elegir a los candidatos.
Se produce la paradoja de que el secretario general puede hacer caso omiso a las listas electorales elaboradas y votadas directamente por la militancia para concurrir en cada nivel del partido. Votación directa y secreta que sin embargo no es vinculante, como manifestación extrema de la contradicción de pretender que todo el poder lo tienen las bases.
Atenderá las propuestas recibidas pero tendrá potestad para alterarlas. A partir de ahora, se rebajan sustancialmente el número de avales para presentarse a unas elecciones primarias, que incluso podrán ser convocadas en los distintos niveles de la organización. En caso de que ninguno de los candidatos alcance el cincuenta por ciento, se establece de modo obligatorio una segunda vuelta.
Pedro Sánchez tendrá un PSOE controlado a partir del fin de semana
El cambio de reglamento coincide con un estancamiento a la baja de las expectativas electorales del PSOE que está amenazado, por el ascenso de Ciudadanos, de constituirse en tercera fuerza del Parlamento.
Pedro Sánchez a partir del fin de semana tendrá un PSOE controlado en donde los cuadros intermedios no tendrán potestad de discrepancia efectiva y el líder manejará el partido personalmente sin contrapesos en su relación con las bases.