Nueva crisis de AstraZeneca en pleno desembarco de las vacunas de Zendal

El día que la Unión Europea aprobó la comercialización de la vacuna de Janssen, AstraZeneca encajaba un nuevo golpe en su reputación. Nueve países han frenado temporalmente la administración de su tratamiento hasta determinar si tiene relación con los trombos sufridos por algunas de las personas vacunadas. Dinamarca tomó la decisión después de que un ciudadano falleciera, y le siguieron Noruega e Islandia, mientras que otros seis países –Letonia, Austria, Estonia, Lituania, Italia y Luxemburgo– han decidido meter en la nevera uno de los lotes de la vacuna por su posible vinculación con los coágulos.

La farmacéutica anglo-sueca ha caído un 2,5% en bolsa a pesar del respaldo de la Agencia Europa del Medicamento (EMA), que a pesar de estar investigando lo sucedido recomendó continuar la vacunación con AstraZeneca al determinar que no hay pruebas que la vinculen con los trombos. El apoyo de la EMA no evita que la suspensión del tratamiento en estos territorios aseste un nuevo golpe al tratamiento desarrollado por Oxford, que parece abonado a las turbulencias ya desde la fase de los ensayos y que provocó un encontronazo sin precedentes con la UE debido a sus problemas para cumplir con el suministro de dosis.

AstraZeneca es la segunda vacuna del Covid-19 más utilizada en España, por detrás de Pfizer. Según los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, se han repartido 1,7 millones de dosis, de las que Galicia ha recibido 96.900. Mientras nueve países europeos frenaban el tratamiento, la Xunta estaba utilizando AstraZeneca para una prueba piloto de vacunación masiva en la Cidade da Cultura para la que llamó a un millar de personas. Curiosamente, las propias condiciones de conservación de la vacuna, a diferencia de las otras que se distribuyen en Galicia –Pfizer y Moderna—es la que facilita una mayor agilidad en la administración de las dosis, explicó la gerente del área sanitaria, Eloína Núñez.

Las nuevas vacunas

El nuevo revés para AstreZeneca se produce en pleno desembarco de otras tres vacunas que podrían acelerar sustancialmente el ritmo de inmunización de cara al verano. Janssen, un socio comercial de Pharma Mar con su fármaco Yondelis, ha conseguido este jueves la aprobación de la UE para la distribución de su compuesto. Mientras que Novavax, la vacuna que producirá Zendal, y Sputnik V, la vacuna rusa que también podría fabricar la empresa gallega, están pendientes del visto bueno de la EMA.

En el caso de la farmacéutica norteamericana, su tratamiento está en proceso de aprobación en EEUU, la UE, Reino Unido y Canadá. Este jueves trasladó los resultados de los últimos estudios con una eficacia del 96% contra el coronavirus normal –más que Pfizer, AstraZeneca y Moderna– y del 86% para la cepa británica, la predominante en Galicia según aseguró el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

La vacuna desarrollada por el centro Gamaleya con el respaldo del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) también está en proceso de evaluación por parte de la EMA, no sin cierta desazón por las trabas que ponen a la aprobación del tratamiento mientras respaldan a AstraZeneca pese a los problemas detectados, según apunta Pedro Mouriño, cónsul honorario de la Federación Rusa. La Sputnik V ya está autorizada en unos 50 países.

Rusia ha mantenido negociaciones con Zendal para la producción de la vacuna y en estos momentos está intercambiando información técnica para comprobar la viabilidad de la fabricación en las instalaciones de la empresa de O Porriño. Kiril Dmitriev, responsable del fondo soberano ruso que financió la vacuna, dijo esta semana que habían alcanzado acuerdos para producir dosis en Italia, Francia y Alemania, además de España.