No rotundo a las tasas turísticas
La demonización de las viviendas turísticas, queriéndolas prohibir o gravar con más tasas o impuestos, es injustificable
Tasas turísticas por pernoctar en ciudades. Tasas turísticas a los excursionistas. Tasas y más tasas por ver y visitar lo que es de todos y todas. Mi primera reflexión es: ¿Por qué no una tasa turística a los cruceros? ¿Y otra para disfrutar de las playas ? ¿Y otra más para quien quiera desplazarse al interior y practicar senderismo por las pistas forestales? Vaya sinsentido, ¿verdad? Pues esto es lo que pretenden algunos «responsables de lo público», abrasarnos con más y más cargas impositivas. Y les recuerdo que el peaje de las autovías está a la vuelta de la esquina.
La injustificable e injusta demonización de las viviendas turísticas, queriéndolas prohibir o gravar con más tasas o impuestos directos e indirectos. Regular no es prohibir, no lo es. Las viviendas de uso turístico ya están reguladas en Galicia por la Ley 7/2011 y ampliada mediante el Decreto 12/2017 de apartamentos turísticos, viviendas turísticas y viviendas de uso turístico de la Xunta de Galicia. Algunos alcaldes y alcaldesas deberían saber primero diferenciar los usos y obligaciones de un apartamento turístico, una vivienda turística o una vivienda de uso turístico. Los debates interesados de regular lo que ya está regulado es un absurdo.
La inseguridad jurídica y la poca protección que hay para el propietario en el alquiler tradicional derivan cada vez más viviendas hacia el alquiler vacacional. Ni entiendo ni comparto en absoluto la demonización que se esta haciendo en la capital de Galicia, Santiago de Compostela, por parte de su alcaldesa y su grupo de gobierno, de las viviendas vacacionales y de un turismo de récord como el de estos últimos años. No creo en absoluto que a ciudades como Vigo, o municipios turísticamente emblemáticos como Sanxenxo u Oleiros les moleste el turismo y la afluencia de visitantes. Creo que es todo lo contrario. Galicia es una comunidad abierta a todos los que deseen visitarla, consumir y gastar en nuestras ciudades y municipios. Y no es entendible, ni justificable, poner puertas al campo, ni al mar, en ningún parámetro. Galicia tiene que ser abierta al mundo, en lo económico, en lo laboral, en lo social, y en lo turístico. Quien desde una responsabilidad pública no lo entienda así, que se dedique a otro menester.
Y por supuesto, respaldo y aplaudo soluciones alternativas como la que en breve va aprobar la Xunta de Galicia. Me refiero al cambio en la normativa de habitabilidad de Galicia con el objetivo de facilitar y permitir, en determinados supuestos, que bajos comerciales abandonados o sin actividad en entornos urbanas puedan renunciar a su uso original para reconvertirse en viviendas. Pues bien, esta es una gran oportunidad para reubicar las nuevas viviendas vacacionales que se adhieran al mercado turístico en bajos o locales a pie de calle, facilitando así la convivencia con el resto de propietarios del edificio.
Soluciones, y no penalizaciones, ni intervencionismos rancios que nos derivan a administraciones locales que únicamente piensan en recaudar antes que en facilitar la mejor accesibilidad a quienes nos visitan.