Médicos sin Fronteras despide a los sindicalistas gallegos que la denunciaron
La oenegé despide a un grupo de sindicalistas que denunciaron las condiciones laborales
Médicos sin Fronteras, la oenegé que destina personal sanitario a países con crisis humanitarias y que rechaza subvenciones de gobiernos europeos por el trato inhumano a los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo, sufre su peor crisis sindical.
La organización sin ánimo de lucro ha fulminado a un grupo de sindicalistas en Galicia que han llevado a los tribunales las condiciones laborales de 200 trabajadores de calle encargados de captar donantes para la oenegé.
Los sindicalistas despedidos libraron una batalla contra la organización por el sistema de objetivos que obliga a los trabajadores a captar a un mínimo de seis nuevos socios por semana, es decir, 24 al mes.
La organización sin ánimo de lucro ha despedido en los últimos meses a 12 sindicalistas, ocho de CNT y cuatro de Comisiones Obreras, los sindicatos que les han llevado a los tribunales. La última trabajadora despedida ha sido una representante de Comisiones Obreras en el comité de empresa, Ángela Serantes.
La oenegé acumula decenas de demandas en los tribunales por parte de este grupo de trabajadores que denuncian la aplicación abusiva de objetivos. Estas metas de ventas son incumplidas por el 80% de la plantilla, según explican.
“No tenemos duda de que es un caso claro de represión sindical”, asegura Ángela Serantes que, a pesar de haber sido despedida, sigue asistiendo a las reuniones como representante de los trabajadores para pactar los calendarios laborales.
“El sindicalismo es erradicado con mano de hierro en Médicos sin Fronteras. Tras el despido de todos mis compañeros, soy consciente de que cualquier día pueden usar cualquier excusa para echarme a mí también”, explica Jesús Gil, sindicalista de la CNT que también demandó a Médicos sin Fronteras por el esquema de objetivos que usa la organización para medir la productividad de sus empleados.
Los trabajadores creen que los objetivos, que están reflejados en los contratos, son abusivos porque la empresa se vale de ellos para despedir por causas objetivas para ahorrar indemnizaciones. Por tanto, según su criterio, vulnera el artículo 49 del estatuto de los trabajadores.
Médicos sin Fronteras ha utilizado este incumplimiento para despedir a los últimos 20 trabajadores. El responsable de captación, David Monllau, dice que las causas del despido no han sido sindicales. Explica que el incumplimiento de las ventas mínimas han sido el detonante. «Les avisamos de su bajo rendimiento e intentamos que mejorasen antes de optar por la opción del despido», explica.
La organización presume de contar con las mejores condiciones laborales del mercado entre los captadores de dinero para oenegés. Paga más de 900 euros brutos al mes por media jornada. Pero los más de 200 captadores dicen trabajar con mucha presión para alcanzar los objetivos y aseguran que la rotación es elevada. Necesitan firmar seis nuevos socios semanales que se comprometan a donar un mínimo de 115 euros anuales.
De esta manera, la plantilla, que capta unos 6 millones de euros anuales para la organización en las calles de España, gasta unos 4,6 millones en salarios de estos equipos. Apenas 1,4 millones del dinero nuevo termina en la estructura administrativa o en la obra social.
La oenegé fue condenada hace dos años en Galicia por discriminar a trabajadores extranjeros
La oenegé asegura que en ningún momento ha violado la libertad sindical y que el despido ha sido ajustado a la ley, tal como han confirmado los abogados de Deloitte que trabajan para la organización.
Discriminación por país de origen
El escándalo sindical llevó a los tribunales a redactar una sentencia demoledora en contra de la oenegé hace apenas dos años. Dos trabajadores cubanos denunciaron ser los únicos de toda la plantilla con contrato temporal. Argumentaban que eran discriminados por motivo de origen. El juzgado de lo social número 3 de Santiago de Compostela falló que Médicos sin Fronteras había violado el artículo 14 de la Constitución que prohíbe la discriminación por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión u opinión.
La oenegé fue condenada en costas y fue obligada a hacer fijos a los dos trabajadores de origen cubano. Pocos meses después, fueron despedidos con el resto de compañeros de la CNT en Galicia. Apenas se conoció la condena, Médicos sin Fronteras renunció a las ayudas de los gobiernos europeos por considerar inadecuado el tratamiento que se les da a los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo.