Mas espera el ‘sí’ en Escocia para resistir hasta el 9N
Los escoceses se inclinan ligeramente por el 'no' en un referéndum que inquieta al Gobierno español y a la UE
Todo pendiente ahora de Escocia. Los escoceses votan este jueves en un referéndum sobre la independencia que puede determinar no sólo el futuro del país y de su relación con el Reino Unido, sino las alianzas de los países en el seno de la Unión Europea. Y, principalmente, de España, porque el soberanismo catalán cobraría un impulso notable si los escoceses apuestan por el ‘sí’.
El President Artur Mas no ha evitado afirmar que le gustaría ese voto afirmativo de los escoceses, aunque la realidad del país sea muy diferente a la de Cataluña. En el caso de Escocia se trata en gran medida de una apuesta por la socialdemocracia, frente al neoliberalismo de los Conservadores británicos, que sólo tienen un diputado en Westminster obtenido en Escocia. En el caso catalán hay muchas supuestas razones, pero el eje izquierda-derecha no es el principal.
Dolor de cabeza para Rajoy
La cuestión es que Mas necesita un buen resultado del independentismo escocés, que representa el SNP de Alex Salmond, para aguantar la situación que le espera hasta el 9N. Y, al mismo tiempo, puede suponer un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno español, que podría comprobar cómo se puede establecer una negociación entre dos gobiernos para hacer efectiva la independencia de una parte del territorio de un país.
El Gobierno español reaccionó este miércoles con duras palabras. El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, aseguró en el Congreso que será “muy difícil” que España admita la adhesión de una Escocia independiente en la Unión Europea. Y que esas dificultades se extenderían por parte de los 28 estados miembros de la UE. Para la admisión de un nuevo miembro se precisa la unanimidad de todos los socios.
El ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, fue más allá, al precisar que la secesión de Escocia “acabaría en un proceso de balcanización que no hay nadie en Europa que lo quiera en estos momentos”. El ministro dejaba entrever, por tanto, que otras naciones, integradas en estados de la UE, querrían seguir el camino escocés, entre ellas, claro, Cataluña.
España, es diferente
Margallo, instigado por el portavoz de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, que le reprochó haber amenazado con la suspensión de la autonomía de Cataluña, rechazó las posibles similitudes entre Escocia y Cataluña. “Escocia tiene una singularidad, y es la falta de límites del parlamento británico para tomar decisiones y el acuerdo para realizar el referéndum, que se convoca con respeto a la legalidad británica”.
Mientras que, en el caso de Cataluña y España, “cualquier referéndum de secesión es ilegal, porque lo marca la Constitución”.
Pero ese debate evidencia el seguimiento del Gobierno español al caso escocés. La secuencia en Cataluña hasta el 9 de noviembre puede ser diferente en función del resultado de este jueves.
Los partidos pro consulta cierran los ojos
Los grupos parlamentarios pro consulta, CiU, ERC, ICV, y la CUP, aprobaron este jueves una resolución en la que se comprometen a celebrar la consulta con todos los parámetros “legales posibles”. Interpretan que la legalidad catalana podría ser suficiente, y que ese amparo lo conseguirán con la ley catalana de consultas que se aprobará en la cámara catalana este viernes. De algún modo cierran los ojos, hasta que la ley española les acabe despertando.
El mismo viernes, o el lunes, Artur Mas firmará el decreto de convocataria de la consulta. Y a lo largo de esa semana el Gobierno presentará recursos, ante la ley y ante la convocatoria, ante el Tribunal Constitucional.
El problema real llegará justo en ese momento. “Mas ha asegurado que no hará nada ilegal, pero tampoco puede cruzarse de brazos”, aseguran fuentes parlamentarias de los partidos pro consulta.
Movilizaciones en la calle
La Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural han anunciado que organizarán movilizaciones, con una campaña puerta a puerta. La presión sobre Mas para que dé un paso adelante será grande, con Esquerra Republicana protagonizando ese especie de insurrección, que se califica de “democrática”.
Con el sí en Escocia, Mas buscará, hasta el último momento, que el Gobierno español permita la consulta.
Y con el ‘no’, se amparará en los movimientos que, a partir del mismo viernes, pueda acometer el Gobierno británico de David Cameron para mejorar de forma sustancial el autogobierno de Escocia. Porque esa esa la primera intención de Mas: provocar, con el movimiento soberanista, una reacción del Gobierno español que no se ha producido.
¿Llegará si gana el ‘Sí’ en Escocia, ante el temor de que el soberanismo catalán crezca en intensidad?