Mas desoye a Rajoy y pone en marcha la campaña para votar el 9N
El President insiste en que se trata de “conocer la opinión” para negociar después con el Gobierno una salida política y jurídica
El 9 de noviembre ya será, pase lo que pase, la fecha más importante para el movimiento independentista. El President Artur Mas ha conseguido su objetivo y ha convocado la consulta, al margen de las advertencias del Gobierno español. Como si no supiera lo que hará el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy, todo sigue su curso y el Govern ya ha puesto en marcha la campaña institucional para votar el 9N, que se difundirá en los medios de comunicación este mismo domingo.
En la campaña se puede ver una urna, y la explicación de la pregunta que se quiere someter a votación. Como si fuera una campaña más de cara a unas elecciones normales, recogiendo el lema de la ANC, de que en un país normal, se vota.
Apoyo a Mas para que siga adelante
Esa apelación será constante a partir de ahora por parte del President Mas, que insiste en presentar el 9N como una cuestión de “democracia”. Así lo ha constatado en su mensaje institucional, después de la firma del decreto de convocatoria en el Palau de la Generalitat. Unos cientos de personas le han agasajado en la plaza Sant Jaume, apoyándole para que siguiera delante.
La campaña para el 9N ya tiene un coste acordado. Será casi de 13 millones de euros, algo más de los 10 millones que ya constaba en los presupuestos de este año, pactados entre CiU y ERC. La consellera de Governació, Joana Ortega, aseguró que esa partida sería ampliable, y, finalmente, como se fija este sábado en el DOGC, será de 13 millones.
Por tanto, Mas está demostrando que quiere llegar hasta el final, forzando la situación, y analizando en qué momento deberá aceptar que no puede seguir. Mariano Rajoy reunirá el lunes el consejo de ministros para aprobar y presentar ante el Tribunal Constitucional los recursos contra la ley de consultas y el decreto de convocatoria.
Conocer la opinión
La cuestión es que Mas ha querido rebajar el planteamiento inicial. La consulta tiene ese nombre porque se quiere convencer al Gobierno español de que es sólo una consulta. Pero es una consulta que afecta a la soberanía del pueblo español, que no reconoce que Cataluña sea un sujeto político y jurídico propios que pueda decidir, por su cuenta, la relación que quiere tener con el resto de España.
Mas, en todo caso, insiste, y en el decreto figura lo siguiente: “El objeto de la consulta es conocer la opinión de las personas llamadas a participar sobre el futuro político de Cataluña, según los términos de la pregunta recogida en el artículo 3, con la finalidad de que la Generalitat pueda ejercer con pleno conocimiento de causa la iniciativa legal, política e institucional que le corresponde”.
Declaración de independencia
Es decir, Mas quiere saber que “opinan” los catalanes para ver qué debe negociar con el Gobierno español. Algunos juristas han interpretado que eso abriría la posibilidad de una reforma de la Constitución. Pero lo que señala el decreto es que Mas podría tomar decisiones sobre una “iniciativa legal, política e institucional”. En caso hipotético de que se celebrara la consulta y ganara el sí-sí –si a un estado, y sí a que ese estado sea independiente– esa iniciativa “política”, ¿sería una declaración de independencia?
El argumento es que la consulta es “consultiva”, y no vinculante, pero es que los referéndums tampoco son vinculantes, como ha recordado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Y para el Gobierno central el 9N es un referéndum, algo que sólo puede convocar, como marca la Constitución, el Gobierno español.