Manuel Valls limita su futuro a Barcelona (y descarta la vía Sánchez)

El exprimer ministro francés aparca su salto a la política española y centrará sus esfuerzos en el Ayuntamiento y en el Área Metropolitana de Barcelona

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Pedro Sánchez ha contactado con Manuel Valls para sondear las posibilidades de incorporarlo a su proyecto político, pero el exprimer ministro francés ha dado largas. Sus planes inmediatos consisten en afincarse en el Ayuntamiento de Barcelona y en permanecer atento a la evolución de la política española desde su puesto de concejal. 

Valls considera que sólo puede hacer carrera como ministro en España si es con el visto de bueno de partidos constitucionalistas, es decir, con el plácet del PSOE y con la aprobación de Ciudadanos o bien del PP. Y, actualmente, no se dan esas condiciones porque Sánchez sólo mantiene hilo con Podemos.

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En estas circunstancias, Valls, que se tiene por hombre de Estado, no está dispuesto a ser ministro de Sánchez porque ve a Podemos como «una amenaza populista». Subráyese que «no está dispuesto a ser ministro» y entiéndase que no descarta asumir otro tipo de papel.

En todo caso, Valls ha reunido esta semana a sus principales colaboradores para tomar una serie de decisiones a corto plazo después de reconfirmar que su carrera política pasa por Barcelona.

La primera ha consistido en fijar su postura de cara al pleno del cartapacio del Ayuntamiento de Barcelona, que se celebra este martes, día 16. «Se felicitará porque Barcelona no tiene un alcalde independentista y clarificará el tipo de oposición que quiere hacer porque su intención es tener una relación estrecha con los socialistas», explican sus asesores.

Valls, el submarino del PSC

Voces del PSC confirman que la cercanía que se ha producido con Valls «es una magnífica noticia y nos viene muy bien». Saben que el exprimer ministro francés ha mantenido contactos con Sánchez y pretenden cuidar la relación con el concejal.

La proximidad de Valls con los socialistas ha sido proporcional a la lejanía con Ciudadanos, aunque todavía quedan cosas por acordar tras la escisión de su candidatura municipal.

El equipo de Valls tiene claro que, después de quedarse únicamente con dos concejales (el propio Valls y Eva Parera) de los seis que  logró su candidatura municipal junto a Ciudadanos, debe aprovechar todos los resortes a su alcance. Y uno de ellos es el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), un organismo que maneja un importante presupuesto (unos 1.800 millones) y que puede servir de ayuda para mantener a flote el proyecto del exprimer ministro francés.

La composición de la junta de gobierno del AMB y la designación de sus consejeros todavía está por decidir. Y ahí Valls confía en hacer valer su capacidad negociadora después de haber decantado la balanza a favor de Ada Colau y Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona.

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