¿Macrogranjas en Galicia? Un vertedero emite el doble de metano que toda la ganadería

El problema de las macrogranjas y las cantidades de metano que emiten a la atmósfera es una de las principales preocupaciones de las organizaciones medioambientales. Un informe de la asociación ecologista Arco Iris revela que, aunque en Galicia no hay ninguna instalación de este tipo, el vertedero de Areosa (Cerceda) emite el doble de metano que toda la ganadería de la comunidad.

El vertedero de Cerceda, activo desde 1996 y controlado por Sogama, es «la mayor fuente de aporte de metano atmosférico en Galicia, culpable del 43% de emisiones de este letal gas de efecto invernadero, mucho más peligroso que el CO2″, según Arco Iris. Supone el doble de la producción de metano de todas las granjas gallegas, que no llega al 20% del total de las emisiones en la comunidad.

Los ecologistas de Arco Iris reclaman a la Xunta que «asuma un compromiso de actuación en Cerceda, para que las emisiones del vertedero de Areosa se reduzcan a niveles tolerables a medio plazo», y que tenga «tolerancia cero a la instalación de macrogranjas en Galicia», que actualmente está libre de estas infraestructuras.

Galicia, libre de macrogranjas

Según el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR), una macrogranja (término no oficial utilizado mayoritariamente por colectivos en contra de las mismas) es una explotación ganadera que trabaja con un número muy alto de animales. En el caso de las porcinas, las macrogranjas tienen capacidad para más de 2.000 cerdos de cebo con un peso superior a los 30kg, mientras que para las avícolas debe haber más de 40.000 aves de corral. En España hay 3.235 macrogranjas de cerdos y 550 de aves, y ninguna de ellas está en Galicia.

Las organizaciones ecologistas como Greenpeace tienen toda una campaña contra este tipo de granjas ya que son «una de las
principales emisoras a nivel mundial de metano, un gas de efecto invernadero con un poder de calentamiento 28 veces superior al CO2«, según explica un informe de la entidad. Se trata de un problema cada vez más presente en la agenda política, llegando a firmarse en septiembre de 2021 un acuerdo entre Estados Unidos y la Comisión Europea para reducir en un 30% las emisiones de metano para 2030.