Los veterinarios avivan el debate: «Si el ganadero tiene dinero, invierte en sanidad»
La delicada situación económica de los productores lácteos ha forzado a muchos facultativos a dejar el país o a centrarse en la atención a mascotas, que también empieza a estar saturada
Los veterinarios gallegos tenían en los ganaderos gallegos a uno de sus principales clientes. Sin embargo, la crisis por la que atraviesa el sector, sumado a determinados cambios normativos, ha provocado que cada vez soliciten menos sus servicios, hasta el punto de convertirlos en una víctima colateral de la caída de precios de la leche.
La presidenta del Colegio de Veterinarios de Lugo, Ana María López Pombo, reconoce que «el ganadero intenta ahorrar las visitas del veterinario todo lo que puede», pero, a pesar de ello, Galicia sigue teniendo un nivel de saneamiento muy superior a la media estatal gracias a que «si tiene dinero, el ganadero invierte en sanidad del ganado».
Por poner un ejemplo, en 2015 la prevalencia de la tuberculosis en Galicia era del 0,05%, mientras que a nivel nacional superaba el 1%. «Cuando empezó el saneamiento, era voluntario y tenían que pagarlo. Aún así en Galicia los ganaderos apostaron por él».»Tú le presentas algo que le suponga una mejora y se apuntan», asegura López.
Además, la presidenta de los veterinarios lucenses destaca que «aquí no hace falta una guía para mover un animal», como en otras comunidades; «aquí te llega con una copia de la carta verde y el pasaporte». El problema, indica, es que la situación ha llegado a unos extremos que provocan que el ganadero «juegue a pérdidas» cada día que abre la explotación.
Contención de precios
Los veterinarios, conscientes de esta realidad, han mantenido los precios en los últimos años para no ahogar más al ganadero. «Por una cesárea estamos cobrando ahora 150 euros, cuando hace 25 años eran 25.000 pesetas. Al cambio, prácticamente lo mismo», apunta López.
Aún así, su homólogo de A Coruña, Xoán Ramón Díaz Saavedra, reconoce que la situación de los ganaderos gallegos «está afectando gravemente a la situación económica de los facultativos». Muchos de ellos, señala, «se están refugiando en los animales de compañía y ya empiezan incluso a saturar el mercado».
«Cuando no hay mercado la única solución es la emigración. Se están marchando muchos veterinarios para Inglaterra, donde hay demanda, sobre todo por las empresas de inspección de alimentos. Aquí, una vez más, nos quedamos sin los mejores profesionales, los más preparados», lamenta Díaz.
En Lugo, provincia que por el gran número de explotaciones también cuenta con muchos veterinarios, empezaron a descubrir el paro hace apenas cuatro años. «Antes el desempleo era del cero por ciento y no dabas hecho», explica Ana, que ahora cifra en un 4% el número de afectados en la provincia por la falta de trabajo.
Riesgo sanitario
Los presidentes de los colegios de A Coruña y Lugo coinciden en señalar que no administrar los tratamientos preventivos al ganado puede suponer a la larga un problema mayor para el ganadero, ya que «los tratamientos intensivos que va a requerir son mucho más caros».
Ambos echan la vista atrás y ven con tristeza como se quedan por el camino muchos de los avances logrados en los últimos años. Así, López Pombo resalta que «la leche y la carne nunca fueron tan buenas como ahora», pero «no nos sabemos vender».
El presidente de los veterinarios coruñeses lamenta la poca implicación de las administraciones, que «no han tomado las decisiones acertadas», como fue el hecho de eliminar el certificado veterinario para identificar animales antes de llevarlos al matadero. «Ahí el veterinario podía hacer labor de vigilancia», apunta. «Veías la situación y podíamos tomar decisiones inmediatas en caso de que viésemos que algún animal necesitase asistencia». Se evitarían así, concluye, casos como los que aparecieron en las últimas semanas. «Una mayor coordinación entre lo privado y lo público evitaría llegar a estos extremos», sentencia.