Los tiempos de Feijóo: se da este año para pasar el testigo en la Xunta como presidente del PP

El dirigente gallego simultaneará ambos cargos y activará su sucesión ya como presidente del PP

Alberto Núñez Feijóo anuncia ante la junta directiva del PPdeG que optará a presidir el PP / EP

Alberto Núñez Feijóo anuncia ante la junta directiva del PPdeG que optará a presidir el PP / EP

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Alberto Núñez Feijóo anunció su candidatura a la presidencia del PP sin aclarar el futuro de la Xunta, un asunto que a día de hoy es bastante más complejo que alcanzar el liderazgo de su partido con el apoyo de casi todos, desde los barones autonómicos a los propios caídos del equipo de Pablo Casado, pasando por Isabel Díaz Ayuso.

El todavía presidente del Gobierno gallego prevé mantener el cargo bastante más que un mes, cuando está previsto el congreso extraordinario que lo llevará a la sala de mandos de los populares. La sucesión en Galicia será más lenta, lo que le obligará a simultanear ambos cargos, con todos los problemas que conlleva, empezando por el fuego cruzado desde Galicia y Madrid sobre a quién dedica su tiempo.

Este miércoles, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, y el secretario xeral de los socialistas gallegos, Valentín González Formoso, pidieron que dimita, pero Feijóo dio a entender que no tiene prisa alguna. “Es perfectamente posible ser presidente de una comunidad y de un partido”, dijo por la mañana en un acto en la Fundación Santiago Rey Fernández Latorre, añadiendo que continuará con la “planificación de marzo y abril” y “a partir de ahí veremos que ocurre”.

Los planes del líder de los populares gallegos pasan por una sucesión relativamente calmada. No tanto como la que preveía hace unos meses, antes de la crisis que se llevó por delante a Casado y su equipo, pero tampoco tan precipitada como parecen exigir las circunstancias.  

La prioridad es hacerlo de manera ordenada, con un periodo de transición y antes de que finalice el año. Las fuentes consultadas apuntan al verano como la fecha idónea, aunque inciden en que la presión desde la oposición en Galicia y desde los medios en Madrid pueden acelerar los tiempos. Feijóo, por su parte, advirtió que no se los dictarían ni BNG ni PSOE.

Pedro Puy, portavoz del PPdeG en el Parlamento; Diego Calvo, presidente del PP de A Coruña; y Alfonso Rueda, vicepresidente de la Xunta, junto a Feijóo tras el anuncio de su candidatura a presidir el PP

La precipitación meditada de Feijóo

Si la presidencia de la Xunta la abandonará el dirigente gallego por la imposibilidad de partirse en dos, la presidencia del PPdeG la debe abandonar por incompatibilidades, lo que complica un poco más el traspaso. Al designar a su relevo en el Gobierno gallego también estará señalando a su sucesor, lo que condicionará el congreso que, por higiene interna, el partido debería realizar antes de las elecciones autonómicas.

Por el momento, Feijóo ha encargado informes jurídicos sobre cómo realizar el traspaso de poderes en la Xunta, según indican fuentes próximas al presidente. En el entorno del dirigente gallego todos apuntan a Alfonso Rueda como el señalado, aunque el presidente gallego, si ha tomado la decisión, todavía no la ha comunicado.  

El secretario xeral de los populares gallegos, Miguel Tellado, aseguró que después del congreso nacional se tomarán decisiones de manera “ordenada y tranquila”. «Lo que le podemos trasladar a los afiliados del PP de Galicia es que lo haremos bien y que el resultado será el que todo el mundo espera de nosotros. Actuaremos desde la responsabilidad», afirmó.

Feijóo abraza al secretario general de los populares gallegos, Miguel Tellado

La política para adultos

El relato de Feijóo en su salto a la presidencia del PP tiene dos premisas claras, una dirigida a Galicia y otra a Madrid. La primera es que se va por responsabilidad y no por ambición. Fue la crisis de su partido y la petición de los cuadros populares la que lo llevó a dar el paso cuando sus “ambiciones políticas” estaban “colmadas”. La segunda es la vocación por huir de la política de Twitter y de la trinchera, según él mismo la definió. “No vengo a insultar a Pedro Sánchez, vengo a ganar a Pedro Sánchez”, dijo.

Feijóo ejerció una oposición durísima en Galicia para derrotar al bipartito que conformaban PSOE y BNG, participando en manifestaciones contra una supuesta persecución del castellano o lanzando duras acusaciones contra miembros del Gobierno. Ahora, como diría Mariano Rajoy, invoca una política para adultos, más próxima a la que ejerce como presidente de la Xunta.

“No soy un político que empieza y acabe en un eslogan. No soy un político que va avanzando sin haber tenido que tomar una sola decisión. No soy un político comentarista. No soy un político que se cree que no tiene defectos. Tengo una trayectoria y una experiencia para bien, para regular y para mal. Es lo que ofrezco a este partido”, proclamó.

De Romay Beccaría a Rueda

Feijóo prometió una comparecencia breve y aseguró que debía marcharse a “preparar” la reunión del Consello da Xunta de este jueves. Pero antes, entre la multitud de personas que quería saludarle, el presidente de la Xunta tuvo tiempo de dirigirse a José Manuel Romay Beccaría, expresidente del Consejo de Estado y su mentor en la política. Después siguió un abrazo a Alfonso Rueda, compañero de fatigas primero en la oposición y posteriormente su número dos en el Gobierno gallego durante toda su etapa.

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