Los relojes se convierten en el nuevo objeto de deseo de los coleccionistas
Los coleccionistas constatan una fiebre por adquirir relojes clásicos ante expectativas de revalorización de hasta el 66% en diez años
El reloj que empleó Jacques Cousteau en sus inmersiones y el que lució el actor Ryan Gosling en la gala de los Globos de Oro tienen algo en común. Se trata de objetos que han alcanzado un alto valor entre los coleccionistas, que han aumentado la demanda de estos bienes frente a adquisiciones más tradicionales como las de piedras preciosas y coches clásicos.
«Aunque ya no son necesarios como herramienta de trabajo o de aventura, porque consultamos la hora en el móvil, los relojes son un símbolo de distinción», explica Alfonso Minondo, experto en relojes de Catawiki.es. En este portal de subastas online se venden de media cuatro relojes al día, con un precio medio de partida de 1.500 euros, aunque algunos modelos se han adjudicado por importes más elevados.
Es el caso de un reloj de piloto Longines del año 1936, que se vendió a través de este portal por 19.000 euros, al estar inspirado en el aviador Charles Lindbergh, el piloto del primer vuelo trasatlántico entre París y Nueva York. Los motivos históricos o haber pertenecido a una persona célebre son dos de los factores que incrementan el valor de un reloj para los coleccionistas.
Rentabilidad en diez años
De hecho, según la consultora Knight Frank, la inversión en relojes clásicos puede reportar una rentabilidad del 66% en diez años. Pero para optimizar el gasto hace falta tener en cuenta algunas consideraciones. Según apunta Minondo, es importante fijarse en el estado estético, exigir una revisión con garantía y asegurarse de que es un reloj de una marca reconocida, como Omega, Rolex, Patek Philippe, Vacheron Constantin o Jaeger LeCoultre.
Los relojes usados por militares británicos durante la Segunda Guerra Mundial están muy demandados por coleccionistas
En los últimos años, según el experto, se han revalorizado especialmente los relojes militares del ejército británico empleados durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque en teoría no se podían vender porque pertenecían a la Armada, llegaron a manos de coleccionistas que ahora los revenden en casas de subastas.
Los motivos cinematográficos también tienen demanda entre los coleccionistas. Es el caso del mítico Rolex Daytona del actor Paul Newman, que fue vendido por 17,7 millones de dólares en una subasta en noviembre de 2017. Fue la transacción con un importe más elevado de la historia en esta tipología de producto.
La particularidad de los relojes como objeto de coleccionismo es que requieren medidas de conservación para que no pierdan valor con el paso del tiempo. En este sentido, Minondo los compara con los vehículos de época. En su portal ahora mismo se puede pujar por modelos como un Heuer Autavia de 1966, el mismo que acompañó a los pilotos de la Fórmula 1 en los sesenta. La plataforma de subastas calcula que podría alcanzar como mínimo los 30.000 euros.