Los premios de la tele sí salvan la economía de sus concursantes
Los botes de 'Pasapalabra' o 'Saber y Ganar', entre otros, ayudan al bolsillo de sus competidores, aunque en pocos casos se hacen millonarios
Hay concursos de la televisión que pueden ayudar a resolver la vida. En otros, sus ganadores han logrado un importante alivio económico aunque tampoco como para dejar de trabajar.
En Pasapalabra, uno de los más generosos, el temido rosco final permitió que Eduardo Benito, en 2006, se lleve un bote de 365 millones de pesetas (unos 2.190.000 actuales), o que el último gran ganador, Juan Pedro Gómez, en el 2013 gane 1.674.000 euros.
El actual bote se encuentra por 1.200.000 de euros, y David García quiere ser el próximo ganador del suculento bote. Este licenciado en filología hispánica, autor de dos libros de poesías, es todo un experto en concursos de televisión.
Además de las 32 ediciones que lleva en Pasapalabra, estuvo 43 programas en Saber y Ganar, y ha pasado por Avanti, Gran Slam, Cifras y Letras y Gafapastas. Entre unos y otros, calcula que lleva ganados más de 117.000 euros.
«Sí, los concursos de la tele son mi principal fuente de ingresos», dice. Y se lo toma como un trabajo: para poder avanzar en las ediciones de Pasapalabra, García dedica al menos cinco horas al día a leer diccionarios como el de la Real Academia Española o el de María Moliner, con la esperanza de llevarse el rosco y dedicarse a escribir poesías con una tranquilidad económica a sus espaldas.
El récord de Saber y Ganar
Óscar Díaz también ha pasado por Pasapalabra, Gran Slam, Gran Quiz, y Cifras y Letras, pero en donde ha roto todas las marcas ha sido en Saber y Ganar. Llegó a ganar cien ediciones, y regresó en el 2015 para participar en una nueva serie de programas, que le permitió alcanzar el récord de 200 presentaciones.
Este traductor y experto en golf –conduce un programa por Movistar Plus y tiene una web que es una referencia entre los fanáticos de este deporte- se reconoce como «una urraca del conocimiento», porque «todos los temas que me parecen interesantes, que brillan, los capturo».
Tras batir rivales día tras día, Díaz se embolsó 170.000 euros del programa del incombustible Jordi Hurtado. «El dinero me ha permitido vivir más tranquilo, pero tampoco he tenido una vida de derroches. Una parte la ahorré para el plan de pensiones, terminé de pagar un coche a plazos, y como capricho, he regalado un viaje a Disney a mi sobrina con sus padres».
La tele permite conseguir trabajo
El que le sigue los pasos a Diez es Rafael Castaño, un periodista andaluz que llegó a Saber y Ganar cuando se encontraba en el paro, y ya va por los 92 programas, acumulando un bote que ronda los 54.000 euros.
Además de ayudarle a tener una mayor independencia económica, la exposición mediática del programa de preguntas y respuestas (alrededor de 1,5 millones de espectadores) le ha servido a Castaño para encontrar trabajo en el gabinete de comunicación del Ayuntamiento de Sevilla.
En Pasapalabra no le ha ido tan bien, sólo permaneció por siete programas, pero con lo que lleva obtenido en Saber y Ganar, dice, «gane en tranquilidad, ya tengo un colchón para trabajar y vivir sin la presión por la falta de dinero».
Empujado por el paro
El paro también fue uno de los motivos de Santi Madrid, de Barcelona, para probar suerte en Saber y Ganar, y no le fue tan mal. Durante el 2013, este licenciado en ciencias ambientales participó en 42 ediciones, y se llevó un premio total de 26.000 euros.
«En aquel momento me resolvió la vida», recuerda, y con otros triunfadores del programa de Hurtado armaron un equipo para participar en Boom, de Antena 3. Pero los rechazaron en el casting: «no queremos muermos de Saber y Ganar», les dijeron en la productora.
Uno de los que formaban parte de este equipo frustrado es Joan Escudé, quien trabaja como restaurador de bienes arqueológicos. En Saber y Ganar, logró llegar a 54 ediciones y ganó 55.000 euros, «que me ha permitido independizarme y tener un cojín de seguridad económica», describe.
Escudé pasó fugazmente por El Gran Dictat (TV3), y no descarta apuntarse en otros concursos, aunque reconoce que con el formato de Pasapalabra, donde prima la velocidad y los conocimientos lingüísticos, no le sería fácil triunfar.
Por lo pronto, con Santi Madrid y David García y otros amigos, cada quince días se divierten en un trivia de Barcelona para mantener activa la gimnasia de responder toda clase de preguntas de cultura general.