Los lobbies activan las alarmas por la campaña de Podemos contra el TTIP
Los lobbies españoles han encendido las alarmas por el creciente rechazo que genera el tratado de libre comercio entre Europa y Estados Unidos (TTIP). Los gobiernos de Estados Unidos y Europa quieren convencer a las sociedades europeas de que el acuerdo es beneficioso, que los temores son infundados y que los beneficios son evidentes.
Pero la izquierda europea, los ganaderos y los ecologistas siembran dudas sobre las consecuencias del acuerdo. Y en España, la campaña de Podemos y las declaraciones de una treintena de ayuntamientos como Tenerife, Valladolid, Rivas Vaciamadrid y Rubí, han obligado a los impulsores del acuerdo a moverse.
La «constitución de las multinacionales»
Podemos, con su buen tino de márketing, ya le ha puesto una etiqueta para que sus bases entiendan las siglas TTIP. «Es la constitución de las multinacionales», acuñó la eurodiputada de Podemos, Olga Sánchez en Bruselas, expresión que se ha popularizado en las mareas, los ayuntamientos del cambio y el entorno de Podemos. Las declaraciones sucedieron a una manifestación multitudinaria en Madrid en octubre.
Los contrarios aseguran que el tratado establece la privatización de servicios públicos como el agua y los correos, entre otros, y la flexibilización de normas ambientales y de protección social.
Ante el discurso de alarma, que ha corrido como pólvora en más de 30 ayutamientos, los grandes empresarios españoles, representados bajo el paraguas de la CEOE, la Cámara de Comercio y el Instituto de Estudios Económicos (estrechamente vinculado a la patronal) presentaron esta semana el primer estudio sobre el impacto del tratado del libre comercio sobre la economía española.
El informe augura un beneficio prometedor para la economía española que incluye –según los cálculos de la autora María Concepción Latorre– el aumento de exportaciones y la reducción de la inflación y del paro.
«Hay un exceso de alarma por temas que son pequeños, aunque no poco importantes, como los productos transgénicos», explica Jochen Muller, consejero político de la Delegación de la Unión Europea en Madrid. «Oponerse al TTIP es oponerse a que se generen puestos de trabajo», añadió el secretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz.
Negociaciones secretas
Las cámaras de comercio aseguran que buena parte de la información que se utiliza para generar aversión contra el tratado es falsa. La embajada de Estados Unidos aclaró en el primer acto celebrado en España para lavar la imagen del TTIP que el acuerdo no incluye, por ejemplo, ningún apartado sobre el fracking.
Los detalles de la negociación siguen guardados bajo secreto pero tanto la Unión Europea como Estados Unidos aseguran que hay total transparencia sobre el proceso. El delegado de la Unión Europea lo ratifica: «todo está en la web».